UGT ha pedido a Solvay que no recorte un 20% del presupuesto a las contratas en su planta de Torrelavega para compensar las pérdidas por el «céntimo verde» y ha advertido que la medida supondrá el despido de muchos trabajadores. El sindicato aboga por otras medidas de ahorro energético y reducción de emisiones, para paliar el efecto de la nueva fiscalidad sin que suponga la pérdida de empleos.
La sección sindical de la Federación de Industria y Trabajadores Agrarios (FITAG) de UGT en Solvay, donde es sindicato mayoritario, ha rechazado la «drástica» decisión de la multinacional de exigir una reducción de costes y de presupuesto a las empresas contratistas de aproximadamente un 20% para compensar los perjuicios económicos del denominado «céntimo verde».
En un comunicado, UGT Solvay considera «injustificada y desproporcionada» la decisión y advierte que «conllevará el despido de muchos trabajadores» de empresas a las que contrata la multinacional y que «ya llevan varios años congelando, cuando no reduciendo, sus presupuestos mientras aumentan sus servicios, lo que indirectamente incide en su personal, bien sea en número o en salario».
Para el sindicato, obligar a las empresas contratistas a reducir sus presupuestos en esos porcentajes «provocará una pérdida de empleos que, además de suponer un drama personal para los afectados, será perjudicial tanto para sus empresas como para Solvay». Recordando UGT que «los buenos resultados de esta fábrica nunca hubieran sido posibles sin el buen hacer y el compromiso de todo el personal, tanto el propio como el contratista».
El recorte de presupuesto reclamado a las contratas incide directamente, según UGT, en uno de los principales activos de la empresa, que es su capital humano, y pone en riesgo los empleos de trabajadores con buena formación y años de experiencia.
UGT plantea en su comunicado otras soluciones más relacionadas «con el problema en cuestión, el ahorro energético y la reducción de emisiones» para paliar el efecto de las nuevas cargas impositivas o «céntimo verde» en los resultados económicos de la planta productiva de Solvay en Torrelavega.
«Somos conscientes de la necesidad de buscar fórmulas que aminoren el impacto económico del ‘céntimo verde’, pero teniendo en cuenta que lo que se grava fiscalmente es la producción de energía, el consumo de combustible y la emisión de gases, y ahí es donde hay que buscar las soluciones y el ahorro», agrega sección ugetista. Además, el sindicato matiza que «el carácter temporal de algunas de las cargas fiscales incluidas en el céntimo verde debería de servir para posponer al máximo decisiones tan duras como la de reducir el presupuesto de las empresas contratistas en los niveles que reclama Solvay».
Por todo ello, la sección sindical de UGT en Solvay insta a la Dirección de la fábrica de Torrelavega a «reconsiderar su postura y dialogar con las empresas colaboradoras para buscar una solución conjunta». Para el sindicato, cualquier solución que, directa o indirectamente, conlleve pérdida de puestos de trabajo debería de contemplarse siempre como la última opción.
«Éste es el camino que siempre se ha seguido en estas empresa y los resultados han sido históricamente positivos, ya que Solvay es y debe de seguir siendo una referencia en todos los ámbitos en la región mientras mantenga sus principales señas de identidad, entre las que destaca su política de estabilidad en el empleo y su visión y planificación de futuro», argumenta el sindicato.»Esas señas de identidad han permitido en el pasado afrontar con éxito otras coyunturas tan difíciles como la actual, saliendo incluso la empresa más reforzada de ellas», recalca el comunicado de UGT.
Finalmente, la central sindical insta también al Gobierno a «reflexionar sobre las consecuencias de estos nuevos impuestos, que ya están padeciendo tanto las empresas como especialmente los trabajadores».