Los trabajadores de Sniace viven con inquietud la situación de la empresa y las dudas sobre el futuro están llevando a algunos de ellos a perder la paciencia y los nervios. Unos 300 trabajadores se han concentrado este martes frente al Ayuntamiento y un grupo ha irrumpido en el salón de plenos y ha obligado a parar la sesión durante varios minutos, haciendo sonar bocinas, y gritando «si esto no se arregla, guerra, guerra, guerra» y «esto nos pasa por un gobierno facha», al tiempo que increpaban a los miembros de la Corporación.
Tras unos minutos de confusión los miembros del comité de empresa han instado a sus compañeros a dejar continuar la sesión plenaria. El presidente del comité, Antonio Pérez Portilla, tomaba la palabra para pedir a sus compañeros paciencia, hasta que llegara el capítulo de mociones en el que figuraban las dos de apoyo a Sniace, y les conminaba a cesar en su actitud «que no ayuda nada». También les recordaba que en esos momentos se debatía sobre la situación de otros trabajadores con problemas, la plantilla de la extinta Papelera del Besaya. Con comentarios de «esto no sirve de nada», los trabajadores han abandonado el salón de plenos, al igual que las personas que les acompañaban en las escaleras de acceso a la sala sin que los agentes de la policía local y nacional presentes tuvieran que intervenir.
El Pleno de Torrelavega debatía este martes dos mociones de apoyo a Sniace y unos 300 trabajadores se concentraban frente al Ayuntamiento desde las 12 del mediodía y durante la sesión, haciendo sonar bocinas y exhibiendo carteles y pancartas, con críticas al céntimo verde y con fotos del consejero de Industria del Gobierno regional, Eduardo Araste, con la frase «¿dónde está Wally?». En el salón de plenos el comité de empresa y algunos trabajadores, mientras el resto han seguido la sesión de forma «ruidosa» desde el exterior del Ayuntamiento.
La irrupción del grupo de personas que protestaba por la demora en debatir la moción de Sniace, ha sido el único incidente de la sesión. El comité de empresa se ha puesto en pie y ha exhibido una pancarta –la misma que encabeza todas las movilizaciones- con el lema «Sniace en lucha por su futuro (otra vez)» durante el debate de las dos mociones sobre la papelera.
La primera moción suscrita por PP, PSOE y PRC, ha sido aprobada con la abstención de ACPT. La Corporación ha pedido al Gobierno regional que exija al Gobierno de la Nación, y en especial al Ministerio de Industria a que modifique o rebaje el «céntimo verde» para evitar el impacto económico que esa nueva fiscalidad energética tendrá en las empresas. Un impacto, han recordado, que ha llevado a Sniace a un Expediente de Regulación de Empleo en el que están inmersos 330 trabajadores y a plantear dudas sobre la viabilidad y el futuro de la empresa. También han instado al Gobierno regional a revisar el canon de saneamiento y a tomar todas las medidas necesarias para asegurar los empleos de Sniace, a cuya dirección también han reclamado un esfuerzo.
En las intervenciones, populares, socialistas y regionalistas han hecho hincapié en lo que supondría el cierre de Sniace para el empleo y la maltrecha economía de la comarca del Besaya. En el caso de la oposición, también se ha señalado al PP como culpable de la situación, al crear un impuesto, «el céntimo verde», que no han dudado en señalar como puramente «recaudatorio» y sin ninguna vertiente ecológica o medioambiental, a pesar de su nombre.
ACPT que no suscribió esa moción y se abstuvo, al considerar que en ese texto no se recriminaba a la empresa su responsabilidad en la difícil situación de Sniace, presentó su propia moción. Con puntos comunes de apoyo a la plantilla y críticas al «céntimo verde», Asamblea Ciudadana señaló a la dirección de Sniace como parte del problema y exigió que contribuya a la solución, en vez de cargar las consecuencias económicas en la plantilla. PP, PSOE y PRC aseguraron compartir el fondo de los argumentos, pero valoraron que su moción conjunta era «más completa» y se abstuvieron. Eso dio lugar a una situación inédita en la Corporación de Torrelavega: la moción se aprobó con un único voto a favor (ACPT) y 24 abstenciones (PP, PSOE y PRC).