Bajo un mar de paraguas y haciendo frente a una intensa lluvia, de nuevo cerca de 5.000 personas se han echado a la calle en Torrelavega para reclamar un futuro para Sniace y el mantenimiento de los puestos de trabajo. «Si, si, Sniace ya está aquí», «esto nos pasa por un gobierno facha», «manos arriba, esto es un atraco» o «habrá que quemar al gobierno regional», son algunos de los lemas que han acompañado el recorrido, desde la fábrica hasta el Ayuntamiento de Torrelavega. Aunque la lluvia pertinaz hacía presagiar menos afluencia de gente, los torrelaveguenses han querido acompañar a los trabajadores de Sniace, que esta misma semana han comenzado un ERE de seis meses y tienen serias dudas sobre el futuro de la empresa.
Al término de la manifestación, el presidente del comité de empresa, Antonio Pérez Portilla, en nombre de la plantilla, ha agradecido la multitudinaria asistencia y ha pedido a los asistentes que sigan apoyando las movilizaciones. La próxima manifestación tendrá lugar el próximo viernes, a las 19.00 horas. Además, los trabajadores han anunciado que asistirán al pleno de la Corporación, previsto para finales de enero, y prepararán un nuevo calendario de movilizaciones para el mes de febrero.
Entre los asistentes a la manifestación, el alcalde de Torrelavega, Ildefonso Calderón, y miembros de todos los grupos de la Corporación, también han estado el expresidente Miguel Ángel Revilla y otros políticos regionales.
Antes de la salida de la manifestación, la plantilla ha celebrado una asamblea, en la que se han vertido duras críticas contra el presidente de Sniace, Blas Mezquita, y su «cambio de estrategia» tras reunirse con el presidente de Cantabria, Ignacio Diego. El comité ha recordado que hasta hace unos días la empresa, y el propio Mezquita, «nunca han puesto otro problema sobre la mesa que no sea el céntimo verde, y ahora, de repente, parece que el céntimo verde no existe». Pérez Portilla ha calificado de «auténtica pasada» el giro «de 180 grados» en la postura de Mezquita y sus declaraciones, «que no se ajustan a la realidad». Los trabajadores insisten en que la empresa «tiene sus problemas internos» pero también tiene «problemas generados por el gobierno regional» y por el «céntimo verde, que es una carga abusiva». También han advertido, que no están dispuestos a que la empresa cargue sobre la plantilla el impacto de ese nuevo impuesto energético.
Respecto a las dudas que se ciernen sobre la planta de Fibrana, el comité ha dejado claro que en ningún caso permitirán su cierre. El presidente Diego explicó a los representantes de los trabajadores el pasado martes que Mezquita le había transmitido que las pérdidas de ese departamento «lastraban» las cuentas de la planta de celulosa. «Fibras es Sniace. Si quitamos Fibras, ¿qué queda en esta fábrica?», se han preguntado los miembros del comité, insistiendo en que ese departamento «es un eje fundamental» de la empresa. Por parte de algunos de los miembros del comité también se ha apuntado que, al margen de los impuestos, «el máximo responsable de la situación de Sniace es Mezquita y el Consejo de Administración», por eso «hay que centrar el tiro contra la empresa».