La Plataforma de Afectados por Eon se ha constituido en Torrelavega para agrupar a diferentes colectivos ciudadanos que se sienten damnificados por la compañía, desde comunidades con transformadores en su edificio, vecinos que se oponen a la construcción de subestaciones eléctricas en las inmediaciones de sus viviendas o clientes de la empresa que han sido perjudicados por los métodos de facturación.
Esta nueva plataforma se reunirá cada jueves, a partir de las 20.00 horas, en la sede del Consejo de la Juventud, a donde animan a acudir a todos aquellos ciudadanos que de forma individual o colectiva se sientan víctimas de cualquier tipo de agravio o perjuicio por parte de Eon.
Esta Plataforma nace bajo el paraguas de Cantabria No Se Vende Besaya, una formación de la que forman parte numerosas asociaciones y colectivos de Cantabria. El portavoz de CNSV-Besaya, Nacho García, ha recordado que al final «todos somos afectados por Eon» y que los 60.000 vecinos de Torrelavega, de una manera o de otra, somos víctimas de los «daños y perjuicios» que provoca Eon con la complacencia de las autoridades.
La presentación de la Plataforma de Afectados por Eon ha tenido lugar este viernes en la Plaza de la Cepa, a escasos metros, de la oficina de la eléctrica en la calle José María de Pereda, donde cada día centenares de clientes acuden para pedir aclaraciones o presentar reclamaciones. Junto a ellos, una treintena de personas que a título personal o representado a colectivos vecinales o sociales han mostrado su apoyo a los afectados por Eon.
Entre los colectivos que se han unido en la Plataforma, los vecinos del número 33 de Lasaga Larreta, que llevan varios años batallando para que Eon retire el transformador eléctrico que tiene instalado en los bajos de su edificio. Un transformador que se ubica en un local propiedad de la comunidad sin su permiso, que carece de licencia de actividad y que provoca problemas de salud y riesgo de enfermedades, ha explicado la portavoz de estos afectados, Mercedes Martínez
La situación de estos vecinos es tan llamativa que, «un hotel de la ciudad no ha ofrecido alojamiento gratuito, para que podamos dormir en sus instalaciones y podamos descansar», porque «en nuestras casas no descansamos ni dormimos», ha dicho Martínez, que se ha agradecido el gesto y se ha preguntado por qué no pueden pasar la noche «en las oficinas de Eon, porque ellos no sufren lo que nosotros con el transformador».
También están en la plataforma los vecinos de Barreda que se oponen la instalación de nuevas subestaciones eléctricas en el entorno de sus viviendas. Su portavoz, Miguel Nieto, ha explicado que en un radio de un kilómetro ya hay tres subestaciones y por eso consideran innecesario la construcción de nuevos centros de transformación, que sólo traerán problemas a los vecinos.
Nieto ha recordado que presentaron contra este proyecto unas 200 alegaciones, a las que, no sólo no han obtenido respuesta, sino que en un encuentro con el alcalde de Torrelavega, Ildefonso Calderón, este defendió el proyecto como necesario para mejorar la calidad del suministro eléctrico a la ciudad. Incluso, ha dicho, plantearon como alternativa la recuperación y uso de una subestación ya existente y situada a apenas cien metros de las que se pretende construir, sin que su propuesta haya sido siquiera valorada.
Los clientes con problemas de facturación también están representados en la Plataforma de Afectados. Conchi Udías es una de las personas que han padecido la «indefensión» ante la compañía eléctrica. Su periplo comenzó con el cambio de contador y desembocó en varios meses sin recibir la facturación mensual para, de repente, tener que hacer frente a once facturas por un importe cercano a los 2.000 euros a los que hacer frente.
Conchi Udías ha detallado las reclamaciones, gestiones y falta de respuestas que ha encontrado, para, finalmente, tener que conformarse con un acuerdo para fraccionar el pago de la deuda, que le supone unos 400 euros mensuales, al tener que hacer frente al consumo mensual más el correspondiente pago aplazado.
Situaciones todas ellas, dicen desde la Plataforma de Afectados y Cantabria No Se Vende en la que buena parte de los ciudadanos pueden sentirse identificados y contra la que se plantean luchar.