Los trabajadores de la empresa de Transporte Urbano aseguran que los cambios anunciados por el equipo de Gobierno en el servicio ni supondrán un ahorro para las arcas municipales ni mejorarán el servicio, sólo se conseguirá abocar al Torrebus a su desaparición. La plantilla afirma que «el principal problema del Torrebus es la falta de información» y la reducción de líneas lo único que hará es que disminuyan aún más los viajeros y, por tanto, aumenten las pérdidas económicas del servicio.
El comité de empresa del Servicio de Transporte Urbano se queja de que el equipo de Gobierno «no escucha» sus propuestas ni las quejas que les transmiten los usuarios sobre la falta de horarios, el desconocimiento de las paradas, la confusión que generan los horarios instalados en las marquesinas al no coincidir con los horarios reales…. «El que coge ahora el autobús es un auténtico adivino», ha afirmado el presidente del comité, Antonio José Santiago.
Para la plantilla resulta evidente que el Torrebús sería progresivamente rentable si se solventan esos problemas, que no responden tanto a las rutas como a la atención que se presta al usuario. Una opinión que fundamentan en el progresivo aumento de viajeros, que a pesar de los déficit del servicio, está llegando a los 40.000 mensuales, con una «subida muy sustancial» en este año de funcionamiento.
En cuanto a las líneas, frente a la propuesta del equipo de Gobierno de suprimir las cuatro líneas circulares, los trabajadores plantean aumentar los recorridos de las rutas existentes. Así, sugieren que la línea 1 Sierrapando-Sierrallana llegue en algunos servicios a Río Cabo, La Montaña y Torres Arriba. O por ejemplo, que las líneas 5 y 6 prolonguen unos metros su recorrido para llegar hasta el límite con Cartes, lo que además permitiría dar servicio los domingos al multitudinario mercado semanal que, inexplicablemente está desatendido.
El presidente del comité ha asegurado que con ligeras modificaciones «se cubriría todo Torrelavega sin quitar nada» y mejorando el servicio a los viajeros. Porque Santiago también ha apuntado que la intención del equipo de Gobierno de que todos los autobuses pasen por el centro urbano y crear una especie de «intercambiador», chocarán con los horarios y harán que los viajeros tengan que esperar media hora o más. «Si alguien para ir a Sierrallana tiene que bajar al centro, cambiar de autobús, esperar, y al final tarda una hora u hora y media para llegar al hospital, no va a coger el autobús», ha señalado el representante de los trabajadores. Menos aún si, a pesar de las peticiones, incluso de la Gerencia de Sierrallana, tras el cambio anunciado el último autobús saldrá del hospital a las 21.40 horas, cuando los trabajadores acaban su horario a las 22.00.
La plantilla, formada ahora por 32 personas, está preocupada además por las repercusiones de la supresión de líneas en sus puestos. Con los cambios, «sobrarían cuatro trabajadores», y aunque Ayuntamiento y empresa les aseguran que no habrá despidos «ahora», tampoco les han explicado dónde se recolocará a esas personas. Su inquietud es qué pasara en el futuro y si en próximos años la empresa mantendrá trabajadores que no necesita para el servicio que va a prestar.
El comité, integrado por dos delegados de USO y uno del SCAT, ha sido tajante: «si se quitan líneas no dará resultado». Insisten en que el principal problema del Torrebús está en los horarios y la información.