El alcalde, Javier López Estrada, ha destacado la «importantísima labor de cohesión de nuestra sociedad, de apoyo a los más humildes, de apoyo a los más débiles y de generación de equilibrio en la ciudad de Torrelavega», que realiza la Parroquia de La Asunción. Lo ha dicho durante el acto de inauguración de las obras de rehabilitación y mejora de este tempo situado en La Inmobiliaria que se inauguró en 1901 y que con esta reforma recupera su aspecto original pero incorporando cambios para ser una iglesia más moderna e inclusiva.
Además de López Estrada, han intervenido en el acto el Obispo de Santander, Arturo Ros; la consejera de Cultura, Guillermina Fernández; el vicepresidente segundo del Parlamento, Javier López Marcano; y el párroco de La Asunción, Juan Carlos Rodríguez.
El acto, que en estas fechas ha tenido un marcado tono navideño, ha contado con la presencia de la presidenta del Parlamento, María José González Revuelta; buena parte de la Corporación municipal; una amplia representación de la comunidad religiosa local y regional; y miembros de diferentes ámbitos; además de colaboradores y feligreses de la parroquia.
López Estrada ha querido personalizar la gran labor que realiza La Asunción en su párroco, Juan Carlos Rodríguez, al que ha dado las gracias por ello. También ha querido poner en valor el legado de la ciudad en patrimonio religioso y la importancia de reconocerlo y cuidarlo.
Tras las intervenciones de las autoridades políticas y religiosas y la proyección de un vídeo sobre las obras realizadas, se procedió a la bendición del templo por parte del Obispo y del párroco de La Asunción, cerrando el acto la actuación del Grupo de Danzas Virgen de las Nieves de Tanos y el reparto de polkas a los presentes.
Las obras han incluido la limpieza de las columnas y los arcos de piedra, y una vez comprobado el color original se ha seguido ese patrón para pintar el resto, que no es piedra y que estaba afectado tanto por el paso del tiempo como por humedades y la calefacción de gasoil.
Uno de los aspectos importantes del proyecto ha sido la mejora de la accesibilidad y la eliminación de barreras arquitectónicas y sensoriales, para que sea una iglesia «inclusiva». Para ello, se ha instalado un bucle magnético, para las personas que llevan audífonos e implantes cocleares; y pantallas para subtitular las ceremonias; y se instalarán rampas.
También se han desmontado y limpiado las magníficas vidrieras del templo, que han recuperado los colores originales y la luminosidad.
Además, se ha pretendido que sea una iglesia «del siglo XXI, para la gente joven» y la capilla lateral se ha transformado en un espacio alternativo, de silencio y reflexión, donde tanto creyentes como no creyentes puedan encontrar calma y conectar con su interior.
Igualmente se han hecho drenajes, para evitar los problemas de humedades, se ha instalado bajo los bancos calefacción radiante por aerotermia y la girola se ha transformado en un espacio expositivo.