Agustín era uno de los grandes. Pero de verdad. No de los que se dicen buenas palabras cuando ya no están y cuyo recuerdo perdura tan sólo entre sus familiares y allegados. Dejó huella. Muchos fueron los que aprendimos no pocas cosas de él. Un legado de lucha y pasión. De logros y fracasos. De risas y llantos. De amigos y compañeros que codo con codo y a brazo partido lo dieron todo. Lo dan todo.
Tribuna
Las inundaciones, el río Saja y el nuevo puente entre Virgen y Villanueva de la Peña
Como no podía ser menos tras las optimistas y celestiales declaraciones de las autoridades el nuevo puente de Villanueva de la Peña «no corre peligro» tras repararse los daños que sufrieron por la crecida del Saja los tajamares o parteaguas de la obra que se pretende construir. Lamentablemente, las «tranqulizadoras y seguras» declaraciones mantienen en el limbo las «estridentes» referencias pasadas sobre el disparate ingenieril político y económico de una iniciativa inversora sobre la que se ha venido advirtiendo su despìlfarro en dinero, las modificaciones presupuestarias al alza, las rectificaciones incomprensibles del proyecto original, el empeño en derribar el puente viejo, o el desprecio a las alegaciones y los riesgos que entrañaba frente las crecidas del Saja como finalmente ha ocurrido Y es que la falta de prevención de inundaciones en la cuenca del Saja –extrapolable a la mayoría de las cuencas fluviales de Cantabria– se ha vuelto a manifestar al persistir los viejos vicios de intervención que, sin ánimo exhaustivo, podemos resumir en un decálogo de «aciertos» históricos, presentes y ¿futuros?:
¿Cuándo prescriben las promesas? ¿Cuánto tiempo ha de transcurrir hasta que un proyecto ilusionante decaiga, olvidado en el ático de las cosas por hacer, al que tan solo se recurre en periodo preelectoral? ¿Cuál es el número de negocios cerrados,…
La noticia de la solicitud de liquidación de Sniace, por parte de su Consejo de Administración, está provocando distintos y, en algunos casos, hasta contrarios, sentimientos. Pero los sentimientos vienen originados casi siempre por razones, más o menos objetivas, y siempre dentro de una lógica. En el caso de Sniace, los sentimientos están contrapuestos.
El hecho de que, la liquidación y cierre de una fábrica haya producido hasta euforia, en una minoría extemporánea, que no es consciente de la realidad en que vive, o precisamente porque vive en otra realidad, es censurable, y más lo son ciertas expresiones de júbilo habidas, días atrás, en alguno de los lugares, donde se concentra cierto sector de jóvenes y no tan jóvenes para beber y divertirse por el cierre de Sniace. Diríamos que, en su mayoría, es gente que no sufre las agresiones de la economía de mercado, bien porque puede sobrevivir al margen de ellas (lo cual, hoy en día, es un lujo), o bien porque, sufriéndolas, o no es consciente de ello, o se resigna, porque piensa que las cosas no pueden cambiar, o… porque ni siquiera se ha planteado hacer algo para cambiarlas. En algunos casos, es solo resquemor por no haber sido capaces siquiera de haber luchado por sus propios intereses, por sus derechos.
Un 10 de Enero de 1985 un grupo de familias afectadas por el problema de las adicciones se unía en torno a una causa común: dar solución a los problemas que muchas personas padecían y no sabían cómo afrontar. Compartiendo experiencias personales, con metodología «ensayo – error». Haciendo valer la voluntariedad y el coraje fueron logrando construir un espacio específico y especializado en el abordaje de las adicciones. En aquellos tiempos se hablaba de los tóxicos que alteraban el «ser» y el «estar» de sus hijos e hijas, siendo la heroína un problema social y sanitario de envergadura en nuestra localidad, que devastaron muchas vidas y dieron paso a un problema emergente asociado como lo fue el SIDA.
Los vecinos de El Zapatón no estamos de acuerdo con que, en una de las pequeñas zonas verdes del barrio se pretenda construir. No estamos en contra de que, a los jóvenes, se les dote de instalaciones de ocio, en que llenar su tiempo libre. No. De lo que estamos en contra es de que, para ello, se pretenda ocupar una pequeña zona verde de un barrio de viviendas sociales.
Somos una pareja que visita frecuentemente Cantabria y nos hemos quedado sorprendidos y apenados por la transformación y los impactos de las carreteras en la región. La última sorpresa, –y esperemos que, de verdad, sea la última– ha sido con la carretera de Arenas de Iguña a San Vicente de Toranzo. Allí el paisaje resultaba particularmente grato al viajero en un valle, como el de Anievas, que se mantenía con una belleza y atractivos muy destacables.
Esta es la carta íntegra, avalada por un millar de firmas, entregada a los miembros del Parlamento de Cantabria por un grupo de madres y padres de Piélagos preocupados por el Medio Ambiente y el cambio climático, para pedir a los responsables políticos que tomen conciencia de la gravedad de la situación y tomen medidas.
Vivimos unos tiempos en que conseguir un empleo es el sueño de mucha gente, especialmente entre los jóvenes. Lejos quedaron los tiempos en que uno podía postularse para un empleo y durar en él un día o, incluso, horas, dejándolo voluntariamente. Era fácil conseguir trabajo.