¿Quién dijo que las elecciones europeas no eran importantes y que no tenían transcendencia alguna? Es verdad que los españoles somos perezosos a la hora de acudir a las urnas para votar al parlamento europeo. No vemos en estos comicios una solución a nuestros problemas. No lo digo yo. Lo dice la alta abstención entre los electores que decidieron ese día no emitir el voto.
Pero estas elecciones han sido diferentes. Fuera de España vemos con estupor el resurgimiento de la extrema derecha xenófoba y fascista. Da pánico que los postulados de Le Pen lleguen al parlamento europeo y sean escuchados como han sido escuchados por un gran número de franceses.
En España, los comicios, han generado un terremoto político. Por un lado, lo más llamativo ha sido la entrada triunfal de PODEMOS como alternativa popular de izquierda a cualquier institución. Ahora con las europeas y después, en un futuro, no se sabe si podrán llegar a más cuota de poder. Por otro lado, está la caída del bipartidismo. Más que caída, hecatombe. Ni los más agoreros de los grandes partidos esperaban este jarro de agua fría.