Son las tres de la tarde (pi em) en la gran manzana. Hace un día gris y desapacible y Agador y yo nos encontramos imbuidos en la inutilidad de una tarde de domingo como otra cualquiera. Estamos viendo la gala de los premios Goya vía satélite sorprendidos un poco de que todos los galardones se los den a una película muda. Hasta a mi fiel y turgente secretario le chirría un poco que la triunfadora de la noche (tarde para nosotros), sea una película «original(?)», muda, en blanco y negro, y curiosamente como «The Artist», triunfadora el año pasado en los «Oscar».

«¿Qué les pasa a los españoles, maestro. Se han quedado sin ideas?».

Le miro complaciente; a veces su cabeza hueca tiene ecos de súbita inteligencia.

Dice un proverbio africano: «Para educar a un niño hace falta la tribu entera». Utopía que deberíamos seguir todas las sociedades para conseguir un mundo más justo e igualitario.

Pensemos en un país que se ha dado cuenta de que la educación es tan importante para el progreso, el avance científico y el bienestar de la ciudadanía que decide que las leyes educativas no pueden estar al albur de la ideología gobernante en cada momento. En este país, los partidos políticos llegan a un acuerdo para promulgar una Ley de Educación de largo recorrido, respetada por todos, esté quien esté en el poder. Además es un consenso compartido por toda la sociedad que ve la educación como su tesoro más preciado.

La fotografía del Boulevard en la anterior entrega, era fantástica, pero la de hoy, la de Las Escuelas Del Oeste, es inesperada de verdad. Porque este es el Colegio Cervantes cuando empezó a ser «Las Escuelas del Oeste».

No sé hasta cuando, pero los niños del 62 fuimos a Las Escuelas del Oeste. Luego, más tarde, fue el Colegio Cervantes. No tengo muchos recuerdos de la escuela, pero sí sé que antes los colegios públicos eran «escuelas» y los colegios privados, eran «colegios». Atención al matiz, tan de actualidad hoy en día.

El Barón francés Jean Dominique Larrey era el cirujano más prestigioso del ejercito de Napoleón. Estuvo junto a Bonaparte en las campañas de Egipto, Palestina, Alemania y España y su pericia como cirujano no ha tenido parangón a lo largo de la historia. Se dice de él que fue autor de hasta 20 amputaciones en tan sólo 24 horas en la batalla de Borodino. Herido de gravedad, dado por muerto y capturado finalmente por los prusianos en la batalla de Waterloo, es sentenciado a muerte. Instantes previos a la ejecución, es reconocido in extremis por un médico alemán (antiguo discípulo suyo), que intercede por él ante el jefe de la autoridad prusiana siendo automáticamente conmutada la pena capital.

Pero mucho antes de este suceso, el 18 de marzo de 1810 al Dr Larrey se le presenta en una reunión médica el caso de un soldado de 30 años que, después de ser acusado injustamente de una falta grave segun el rango militar de la época, se ha intentado suicidar apuñalándose en el pecho hace días.

Castro-del-Moroso
Proponemos esta bella ruta circular con el fin de descubrir a los caminantes algunos de los rincones con historia más escondidos en el Valle de Buelna. Es una ruta corta de unas tres horas que discurre mayoritariamente por senderos. En verano, la vegetación baja puede hacer algo engorroso el ascenso al Alto del Moroso y el principio de su descenso.

El punto de partida del recorrido es el Barrio de San Andrés de Somahoz, en la margen derecha del Besaya, que atravesamos por completo y avanzamos un rato por la carretera hasta que ésta se hace pista y se bifurca, punto en que seguiremos por el ramal de la derecha. Tras cruzar un arroyo y una alambrada, observamos un sendero que se desvía de la pista (justo cuando ésta comenzaba a ascender fuertemente) y se interna en un precioso bosque de robles, castaños, avellanos y acebos.

El sendero, bien marcado, nos irá llevando a través de la frondosa vegetación haciéndonos cruzar en varias ocasiones el arroyo, que en tramos se encajona entre paredes cubiertas de helechos espectaculares. A medida que vamos subiendo se irán sucediendo las cascadas y los saltos de agua, las pozas, y algún que otro claro que nos permitirá observar en contadas ocasiones el panorama que nos rodea. En este tramo hay que tener cuidado con los posibles resbalones debidos a la abundante humedad que suelo, rocas y vegetación acumulan.

Tenía que pasar. Varios años de incertidumbres desde que en los últimos días del año 2006
se aprobara definitivamente el avance reformado del nonato Plan General pesaban
demasiado sobre la mala conciencia de nuestros Administradores y ponían demasiado en
evidencia que hay empresas que no son para cualquier gobierno.

El equipo de gobierno del Ayuntamiento de Torrelavega ha decidido rescindir el contrato
con el equipo redactor del nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) por
entender que ha incumplido el mismo, dado que la finalización del documento estaba
prevista para 2008. Una decisión tan trascendente como llena de incertidumbres adoptada
«frente» a un equipo técnico que no se aplicó en sus cometidos. Al menos así nos lo
cuentan.

En anteriores tribunas del portal de comunicación Hoy Torrelavega he reflejado, nuestros proyectos en Torrelavega, atendiendo en los mismos a chicos y chicas que nos llegan de distintos recursos y otros usuarios que se acercan a nosotros para ocupar el tiempo libre de forma positivo en los centros juveniles.
En esta tribuna quiero acercarme a los chicos/as, adolescentes o jóvenes que por distintas causas viven situaciones difíciles, o están introducidos en problemas. En este artículo quiero hacer presente a nuestros muchachos y de una manera especial a quienes se encuentran heridos emocionalmente.

Cuando hablamos de la infancia, creemos que es la etapa más feliz de la vida, y considero que así debería de ser, pero para muchos niños y niñas, yo me pregunto ¿es realmente así? Desde mi experiencia personal descubro que existen niños que sufren, y al preguntarme ¿por qué? la respuesta es diversa, pueden ser varias causas o factores. En este artículo quiero hacer hincapié o apuntar a la responsabilidad de los adultos para acercarnos a ellos, educarlos y cuidar mejor su felicidad.

La polémica sobre la eficacia de las obras que se están acometiendo en la calle Julián Ceballos me devuelve a la memoria un planteamiento sobre lo que habría de ser un tratamiento de este espacio -particularmente entre sus confluencias con Fernando Arce y Alonso Astúlez- más acorde con el medio tan densamente habitado que lo rodea.

Tiene uno la impresión de que cuando se acometen obras urbanas se participa de un ritual que conduce a la Administración y los Poderes Públicos a un rutinario ejercicio de mantenimiento y mejora de los servicios y los espacios sin contextualizar todas estas obras en un diseño preconcebido de Ciudad. Allí donde exista un espacio para actuar, es preciso hacerlo así, con criterio.