Agustín era uno de los grandes. Pero de verdad. No de los que se dicen buenas palabras cuando ya no están y cuyo recuerdo perdura tan sólo entre sus familiares y allegados. Dejó huella. Muchos fueron los que aprendimos no pocas cosas de él. Un legado de lucha y pasión. De logros y fracasos. De risas y llantos. De amigos y compañeros que codo con codo y a brazo partido lo dieron todo. Lo dan todo.
OPINIÓN
Luca es un crío de cinco años que acaba de «descubrir», en el patio del colegio, la pasión por el fútbol. Si le preguntas de qué juega él, te dice que de «quitador». La RAE dice que quitador es el que quita. En lenguaje futbolístico, quitador sería el defensa. A Luca, defensa aún no le suena, pero sí tiene claro cuál es su cometido en el juego: quitar el balón al contrario, o sea, defender. Su lenguaje puede que confunda la parte con el todo, pero es un lenguaje concreto que cualquiera entiende.
Vivimos en un mundo en que muchas de las palabras que usamos han perdido su significado original, se han reducido a uno sólo de sus significados o, simplemente, no significan nada. Sobre todo en política, donde los discursos, las promesas, los programas juegan un papel importante, especialmente en las campañas electorales, dar un sentido claro a las palabras que usamos debería ser primordial. Palabras como «Transición», «clase», «casta», «partido», «elecciones primarias», «indignación», ilusión», muy en el candelero últimamente, merecen una reflexión. Empezaré por «La Transición» y, en siguientes entregas, reflexionaré sobre las demás.
Según la RAE, transición es «el paso de un estado a otro, de un modo de ser a otro». Pero, generalmente se usa ese término para referirse a un período de nuestra historia reciente, que algunos sitúan desde la muerte de Franco hasta la Constitución y que otros extienden hasta estos días, hasta la abdicación de Juan Carlos I. Sobre esa realidad se han montado muchos discursos políticos. Unos, ensalzándola como un emblema de nuestra identidad, otros como algo aparente, fraudulento, engañoso, caduco, agotado, de lo que hay que pasar página. Pero unos y otros se circunscriben a esa transición, unos para perpetuarla y otros para buscar una alternativa que la sustituya.
En esta tribuna me acerco a una de las actividades que realizamos desde el S.O.A.M., la atención a menores con medidas judiciales en medio abierto. Por medio de las actividades propias de la regularización de la ley del menor, quiero hacer una reflexión sobre la ley en cuestión.
Comienzo recordando que la ley 5/2000 regula la responsabilidad Penal del Menor entre 14 y 18 años, y a su vez diferencia dos etapas a la hora de cometer una falta o delito: la primera etapa abarca las edades de 14 y 15 años y la segunda las edades de 16 y 17 años.
Cuando hacemos referencia a la ley 5/2000 descubrimos que, además de tener un carácter sancionador, incide de una manera especial en el aspecto educativo propio de la ley. Por esto dichas medidas tienen un carácter educativo, aportando aspectos positivos en el desarrollo del ser humano, y en este caso en personas en proceso de formación como son los menores.
Todas estas medidas se imponen teniéndose en cuenta las circunstancias personales de los menores, las familias, el contexto social donde conviva el menor, … Por ello la ley regula la figura del Equipo Técnico, dependiente de Fiscalía, que estaría formado por un Psicólogo, un Trabajador Social y un Educador. Estos profesionales comienzan su tarea tras la apertura del expediente.
CCOO hace un llamamiento a la afiliación y a los trabajadores y trabajadoras a participar en las movilizaciones por la reforma constitucional, la regeneración democrática y para poner fin a las políticas de austeridad que están generando un desempleo masivo y el empobrecimiento de la mayoría de la sociedad
Para CCOO, la abdicación de Juan Carlos I es una expresión de la crisis político institucional que se acentúa con la crisis económica y social que padecemos y la gestión que de ella se viene realizando. Gestión que sólo nos ha traído paro, empobrecimiento generalizado y debilitamiento de las redes de protección.
En nuestra opinión, el entramado institucional construido en la transición, que ha deparado décadas de estabilidad democrática, muestra síntomas de agotamiento.
Alguno de estos síntomas los podemos encontrar en la gravedad y extensión de los casos de corrupción que han alcanzado incluso a la familia real; en unas formas de Gobierno autoritarias, que ha tratado a la ciudadanía como si fuese estúpida y que ha tenido uno de los ejemplos más bochornosos en la modificación constitucional al dictado de poderes fácticos; en la desafección ciudadana hacia las instituciones y las formaciones política y sociales «tradicionales», que se venía expresando en encuestas y que en las recientes elecciones europeas se ha traducido en un severo castigo de los grandes partidos que en estas décadas han vertebrado la acción de Gobierno; en el recrudecimiento del debate sobre la organización territorial del Estado; en la eclosión de la movilización social protagonizada por amplios y heterogéneos sectores sociales en los que ha destacado la participación de los jóvenes.
Estamos acostumbrados en España a ser gobernados con programas en los que las medidas, las cifras, los datos y la concreción han sido sustituidos por los deseos, y una buena voluntad que se presupone. Programas cuajados de apelaciones al sentimentalismo…
Siempre me han aburrido los puzzles. Que las piezas tengan una forma determinada que no se puede cambiar, que el resultado sea siempre el mismo, sea quien sea quien lo arme y tarde más o menos en hacerlo, hacen que…
El proceso de degradación económica y sus consecuencia entre la clase asalariada de nuestro país a resultas de la crisis viene ocupando páginas y más páginas de reflexión en todos los medios de comunicación desde hace años. La actualidad en nuestra comunidad autónoma se ha centrado en los últimos días en el grupo más desfavorecido de entre los que sufren sus consecuencias, es decir, el que está conformado por aquellos y aquellas que tienen que acudir a la última red de protección social para sobrevivir: la Renta Social Básica.
El debate sobre la regulación de esta ayuda ha ocupado un lugar importante en las discusiones sindicales sobre protección social en España y en el conjunto de la Unión Europea desde los años 80. Ya en 1988 la UGT reivindicó la implantación de un sistema de rentas mínimas para aquellos ciudadanos y ciudadanas que se enfrentaran a situaciones de necesidad extrema. Una reivindicación que quedó ratificada con la firma junto a CCOO del documento «Propuesta Sindical Prioritaria» en 1989 en el que fue contemplada.
Desde aquella lejana fecha, en la UGT hemos abogado constantemente porque la regulación de la Renta Social Básica se produzca en un marco legal de orden estatal que evite desequilibrios entre territorios y garantice la igualdad de trato a todos sus beneficiarios. Que contemple el cobro de esta ayuda de manera indefinida en tanto en cuanto persista la situación que genere el derecho. Que el nivel de recursos para acceder a la prestación sea lo más similar posible entre territorios. Que las cuantías a percibir se establezcan teniendo en cuenta una asistencia adecuada a las necesidades básicas de reproducción biológica y social. Y que la edad mínima de acceso sea 18 años de edad.
¿Quién dijo que las elecciones europeas no eran importantes y que no tenían transcendencia alguna? Es verdad que los españoles somos perezosos a la hora de acudir a las urnas para votar al parlamento europeo. No vemos en estos comicios una solución a nuestros problemas. No lo digo yo. Lo dice la alta abstención entre los electores que decidieron ese día no emitir el voto.
Pero estas elecciones han sido diferentes. Fuera de España vemos con estupor el resurgimiento de la extrema derecha xenófoba y fascista. Da pánico que los postulados de Le Pen lleguen al parlamento europeo y sean escuchados como han sido escuchados por un gran número de franceses.
En España, los comicios, han generado un terremoto político. Por un lado, lo más llamativo ha sido la entrada triunfal de PODEMOS como alternativa popular de izquierda a cualquier institución. Ahora con las europeas y después, en un futuro, no se sabe si podrán llegar a más cuota de poder. Por otro lado, está la caída del bipartidismo. Más que caída, hecatombe. Ni los más agoreros de los grandes partidos esperaban este jarro de agua fría.
Centralización de laboratorios clínicos en Cantabria: La opinión de un profesional
El Gobierno de Cantabria con la justificación de del ahorro, pero en realidad también para cumplir una cláusula contractual con la unión de empresas que se ha hecho cargo de finalizar la obra del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla (HUMV)…