Hace unos días, participé en una interesante mesa redonda, sobre la soberanía, en varias de sus vertientes, y me quedó un mal sabor de boca. Fui invitado como alguien que tiene cierta experiencia en lo laboral y, en la mesa,…

¡Camarero! … ¡Una de rabas! ¡Qué frase más fantástica! Familia, domingo, sol, ambiente… Broche de la mañana festiva ideal. Sin duda, las rabas constituían nuestro vínculo infantil con el mundo de «la otra vida», la que es más cara, la…

Las marzas, los bolos y rabel han sido considerados por el Gobierno de Cantabria, Bien de Interés Cultural Inmaterial. Buena elección la de estas tres manifestaciones culturales que, sin duda, contribuyen a afirmar nuestra identidad como región. Nadie puede dudar que los bolos son nuestro deporte vernáculo por excelencia; o el arraigo del rabel como instrumento musical que para sólo o acompañando a coplillas se implantan en lo más profundo de nuestro folclore. También, las marzas profundamente enraizadas en nuestra región y cuyo significado trascienden más allá de ser unos cantos, aplicadas a una fecha determinada o por su acción petitoria. Las tres manifestaciones forman parte de nuestro patrimonio etnográfico más arraigado.

Para conmemorar dicha Declaración, la Consejería de Cultura organizó una gala en el Palacio Festivales, sobre estas tres manifestaciones culturales, haciendo un recorrido por cada uno de los nuevos BIC.

Pareciéndome todas interesantes, por ser «marcero», voy a centrarme en la Sección MARZAS. Los Marceros de Polanco tuvimos el honor de compartir escenario y representación con otros dos grupos de exquisita categoría: la Asociación Ronda Marcera de Torrelavega, agrupación numerosa, compuesta por miembros de varias grupos corales de la capital del Besaya y el Coro Ronda Altamira, veterana y afamada agrupación coral de la capital cántabra. Nosotros, los Marceros de Polanco, somos un grupo de vecinos que nos reunimos únicamente para cantar marzas el último día de febrero y primero de marzo e ir de ronda, casa a casa, por todo el municipio; suponemos, preservar la esencia rural de la tradición marcera.

Desde el Sindicato Unitario de Cantabria queremos denunciar la criminalización que estamos sufriendo los trabajadores en el ejercicio de nuestro derecho de huelga. La reciente sentencia contra los dos jóvenes de Torrelavega que participaron activamente en la última huelga es la dosis de represión que quieren que paguemos aquí (265 encausados se enfrentan a un total de 120 años de prisión en el Estado Español). Una sentencia cuyo objetivo es extender el miedo entre los trabajadores y poner freno a las movilizaciones de todo tipo que se están produciendo en los últimos tiempos.

Queremos llamar la atención concretamente sobre la ofensiva contra el derecho de huelga y reivindicar el papel de los piquetes cuya labor es imprescindible para garantizar nuestro derecho.

Rabia, coraje, impotencia,… son sólo algunos de los sentimientos que me han aflorado cuando me llamaron para informarme de la sentencia contra los dos COMPAÑEROS detenidos en Torrelavega durante la Huelga General del 14 de noviembre de 2012.

Por desgracia, sobre todo en los últimos meses, cada vez es más habitual leer información sobre imputaciones, detenciones y condenas contra trabajadores y sindicalistas que defienden su puesto de trabajo o sus condiciones laborales, o contra ciudadanos que luchan por su dignidad, porque no les quiten su techo, contra la injusticia, contra el atropello, contra el abuso de poder de este sistema que cada vez huele más a podrido.

En el caso de los COMPAÑEROS, estaban, junto con cientos de ciudadanos de Torrelavega entre los que me encontraba, secundando una Huelga General y animando a todos los trabajadores a que se uniesen al paro y a la protesta ante el mayor ataque contra el derecho de los trabajadores y trabajadoras de este país en los últimos 30 años. Son días donde es normal que se produzcan momentos de tensión, disputas, pequeños altercados. Sin embargo, en 3 Huelgas Generales que he vivido de forma muy directa por la responsabilidad que tenía en mi sindicato, sólo he visto 2 incidentes de consideración: uno fue ocasionado por un empresario que perdió la cabeza y que pudo ocasionar una desgracia sobre todo por la falta de efectivos policiales, y el otro fue precisamente por lo contrario: por la presencia y, en mi opinión, el abuso de efectivos policiales. Y digo abuso porque intervinieron solamente cuando se vieron en clara ventaja, y con el único objetivo, desde mi humilde sentir, del escarmiento.

Hubo un hecho que hizo que el grupo de los dos COMPAÑEROS fuese débil en cuanto a número, y fue que una parte importante del piquete tuvimos que marchar con urgencia en apoyo de los trabajadores, (entre los que me encuentro), de la empresa Bridgestone en Puente San Miguel, puesto que la guardia civil estaba preparándose para cargar contra ellos. Se puede decir que evitamos la agresión de la benemérita pero, por el contrario, favorecimos involuntariamente que intervinieran los nacionales.

Ya de regreso de Puente San Miguel, yo me encontraba en la Plaza Mayor organizando la salida de la gran manifestación que iba a transitar por distintas calles de Torrelavega, cuando recibí una llamada que me informaba de la detención de los COMPAÑEROS y, casualidades de la vida, estaba hablando y contando lo ocurrido durante la jornada a un buen amigo y gran abogado, que ha trabajado en numerosas ocasiones para el sindicato, al que le pido el favor de que se persone en comisaría para asistirlos como letrado.
La manifestación sale y cuando la gente es informada de la detención se decide cambiar el recorrido y acabamos las miles de personas frente a la comisaria exigiendo la puesta en libertad de nuestros COMPAÑEROS.

Tan Importante para un torrelaveguense es haber nacido en Torrelavega, como «tomar el blanco». En otros sitios se llama «tomar el vermut» o «tomar el aperitivo», pero en Torrelavega, la tradición, el arraigo y lo realmente importante para fomentar la…

Abordar cualquier situación discriminatoria en el ámbito del trabajo es una parte consustancial a la acción sindical de las organizaciones obreras. Nadie pone en duda el valor de desarrollar una vida profesional en igualdad de condiciones. Sin embargo la realidad laboral manifiesta unos rasgos entre los que no destaca, precisamente, el trato igualitario.

La igualdad es compleja pero hasta hace muy poco tiempo hemos compartido una visión sesgada de su significado ya que, junto a la mayoría de la sociedad, la habíamos identificado con la no discriminación por las clásicas razones de raza, religión o género, entendido éste desde la perspectiva de una dualidad cultural construida en términos de masculino/femenino.

No obstante, la reflexión realizada en las últimas décadas en torno a la noción de género y las discriminaciones asociadas a éste han dado como resultado el desarrollo de un nuevo concepto de igualdad mucho más complejo e inclusivo que ha terminado por contemplar toda la diversidad afectivo-sexual que atesoran los seres humanos y que han sido causa de exclusión en nuestras sociedades.

Hoy la idea de igualdad de trato para ser bien entidad y aplicada ha de atajar las fuentes de discriminación vinculadas a todas y cada una de las expresiones afectivo-sexuales existentes: la heterosexual, la homosexual, el lesbianismo, la bisexualidad y la transexualidad. De tal manera que el compromiso ha de ser firme en la aceptación de esta nueva perspectiva si nuestro fin es alcanzar el trato igualitario real tanto en la sociedad en su conjunto como, particularmente en lo que nos atañe, dentro de las empresas.

El mundo del trabajo ha incorporado esta nueva visión en fechas muy recientes. La Directiva Comunitaria 2000/78/CE del Consejo en la que se afirmó como objetivo «establecer un marco general para luchar contra la discriminación por motivos….de orientación sexual en el ámbito del empleo y la ocupación» abrió la senda a una serie de nueva normativa de carácter estatal que obliga jurídicamente a evitar comportamientos discriminatorios en los centros de trabajo. La aplicación de esas normas generó posteriormente varios pronunciamientos judiciales sobre la materia en los que fueron reconocidas causas de nulidad en los despidos denunciados por haberse producido estos debido a la homosexualidad declarada de los denunciantes.