Agustín era uno de los grandes. Pero de verdad. No de los que se dicen buenas palabras cuando ya no están y cuyo recuerdo perdura tan sólo entre sus familiares y allegados. Dejó huella. Muchos fueron los que aprendimos no pocas cosas de él. Un legado de lucha y pasión. De logros y fracasos. De risas y llantos. De amigos y compañeros que codo con codo y a brazo partido lo dieron todo. Lo dan todo.
OPINIÓN
«La capacidad de reconocer nuestros propios sentimientos y los de los demás, de motivarnos y de manejar adecuadamente las relaciones». Daniel Goleman, Ed. Kairos (1996) Echando un vistazo hacia atrás en la historia educativa, percibimos que a menudo nos han…
El 14 de abril de 1931 se produjo en nuestro país la proclamación de la II República y con ella se produjo un estallido de alegría popular que recorrió las calles de todas las ciudades de la geografía española. La llegada de la Democracia que acompañó a la proclama republicana encarnó para la ciudadanía que ocupó los espacios públicos aquél día un futuro pleno de ilusiones cumplidas de libertad, igual y justicia social que habían sido anheladas por largo tiempo en una España en la que las minorías privilegias habían sido casi los únicos sujetos de derechos plenos y los propietarios del poder político.
Pero igual que llegó con alegría, la II República iba a llegar a su fin en medio de un baño de sangre cuya responsabilidad última y primera iba a corresponder a esas mismas minorías que habían recibido al nuevo régimen con temor porque su visión patrimonialista del poder político les impidió aceptar el hecho de que la ciudadanía española había reclamado para sí el derecho que tenía de decidir hacia donde orientar su futuro y, con él, el de la nación en su conjunto.
En el Estado Español y por ende en Torrelavega, la ciudadanía solo conoce dos formas de hacer política: las imposiciones de todos los años de dictadura y las falsas promesas de la famosa y falsa transición que viene a llamarse democracia representativa. Ahora bien, realmente ¿la sociedad quiere otra forma de hacer política? Pues ingenua de ella, cree que sí, y lo llama democracia participativa y es la panacea de estas nuevas elecciones municipales.
¿Qué nos dice la socorrida Wikipedia acerca de la democracia participativa?: «La democracia participativa es un modelo político que facilita a la ciudadanía su capacidad de asociarse y organizarse de tal modo que puedan ejercer una influencia directa en las decisiones públicas.»
Ahora vayamos a lo concreto de nuestra ciudad. ¿Está dispuesta la ciudadanía en Torrelavega a ejercer los deberes que la impone la democracia participativa?
Yo opino que en su amplia mayoría no (por suerte contamos con honrosas excepciones). Seguimos esperando a nuestro verdadero líder o lideresa, que nos ilumine el camino, nos llene de ilusión para levantarnos un domingo de elecciones del sofá y no nos decepcione, al menos que no lo haga en cuatro años.
Y la preocupación crece. Al menos, para quienes no nos resignamos a quedarnos en casa, a base de «sopitas y vino».
Hay quien sólo mira los intereses de «los suyos» y, caiga quien caiga, como los peores forofos futboleros, no miran alrededor, y pierden de vista que, de tanto mirarse al ombligo, «los suyos» pueden quedarse con los mocos colgando.
Me refiero al desolador panorama electoral de Torrelavega, tal y como se encuentra en la actualidad. Mucha gente, visto lo visto, se plantea a quién votar o, incluso, si merece la pena votar en las municipales.
Hace unos días, escuchaba al concejal de ACPT, Iván Martínez, en Vegavisión, decir que «la izquierda tiene la obligación, tiene que ser capaz de ponerse de acuerdo y que, dejarlo para después, será tarde». Despertó en mí cierta esperanza. Y, en el mismo espacio, a Raúl Liaño, que IU «seguía apostando por un proceso de convergencia de izquierdas y que lo daría todo si vuelve a plantearse de nuevo». Podemos, con su candidatura «Torrelavega Puede», repitió lo que ya suena a cantinela, que ellos «buscan la unidad con la gente, más que la unidad de siglas». Equo no estaba presente, tampoco allí.
Y digo que suena a cantinela, porque a los pocos días el titular de los medios era: «ACPT y Podemos cierran la puerta a un pacto en Torrelavega». Mi atisbo de esperanza se desvanecía de nuevo.
Ninguna otra organización tiene las credenciales de honestidad y transparencia que tiene CCOO. Aprobamos el Código Ético advirtiendo que estamos ante la mirada exigente del ojo público y no podemos defraudar. Actuamos en una sociedad, afortunadamente menos complaciente con las conductas deshonestas. Por eso destacamos que para ser independientes debemos ser muy exigentes con nuestra autonomía, que se gana día a día.
Queremos advertir a las organizaciones del sindicato de los riesgos de hacer sindicalismo solo en las cuatro paredes de la empresa. Si resulta imprescindible llegar a las trabajadoras y trabajadores en sus centros de trabajo, no lo es menos volcar nuestras delegadas/os en la acción sindical fuera de la empresa, porque es en la sociedad donde este sindicato debe pelear por redistribuir de forma más justa la riqueza que se genera.
Recientemente varios educadores de la Fundación Amigó hemos participado en el primer Congreso Internacional de Justicia Juvenil Restaurativa, celebrado en Ginebra (Suiza). Participamos alrededor de 950 personas de 94 países. Esta iniciativa internacional fue organizada por Terre des Homes en…
Hoy nadie se atrevería a poner en un documento que las remuneraciones por el trabajo de una mujer van a ser menores que las de sus compañeros varones a igual puesto de trabajo. Si uno repasa la legislación o las redacciones de los convenios en lo que concierne a estructura de los salarios o a procesos de ascenso nada indica que el mercado de trabajo presuponga obstáculo alguno para la equiparación salarial entre hombres y mujeres. Sin embargo, las cifras estadísticas, año tras año, establecen una realidad ineludible: la existencia de una brecha salarial entre hombres y mujeres que no deja de crecer.
El informe elaborado por la UGT «Trabajar igual, Cobrar Igual» con motivo del Día por la Igualdad Salarial ha concluido que la brecha salarial en España se situó en 2012 en el 23,93 %, la más alta de los últimos cinco años; que para alcanzar retribuciones equivalentes a las que reciben los hombres en 35 años, las mujeres deberían trabajar 46 años y medio y que contabilizada en euros la cantidad que dejaron de percibir las mujeres debido a su existencia fue de 27.783 millones, cuantía similar a la que hemos aportado todos los contribuyentes españoles para el rescate bancario.
Todos los que con mucho orgullo calzamos una edad entre los 52 y los 65 años sabemos que el Soraya, tenía una bola como la de la fotografía.
El Soraya fue hasta el verano del año 1.978 lo que entonces se llamaba «un club de parejas», cuando aún un club era un club; sin apellidos. Pero su dueño, Vicente, decidió aquel verano darle otra vida y convertirlo en otra cosa; sin saber muy bien cual era esa cosa. Fue pionero de aquella aventura mi hermano, y con él otros protagonistas en los siguientes veranos. Me encantaría poner nombre a todos los personajes de esta historia pero la privacidad ha cambiado mucho desde entonces ahora. Me da igual. Los que vivimos «aquellos maravillosos años» sabemos quienes fueron.
El Soraya marcó un hito en los veranos de Suances. Esos miércoles suancinos que la juventud ha celebrado y en torno a los cuales se han reunido varias generaciones, se inventaron en los veranos del 78 y 79. Entonces, mi hermano Iñaki y Quique, organizaron los «Jueves del Soraya». El más potente era el de disfraces, donde las familias enteras se agolpaban en las aceras de lo que hoy es el paseo (entonces Los Pinares), para ver pasar a los disfrazados. Era un acontecimiento y tenía unos premios en metálico que hoy serían impensables. También estaba la fiesta de blanco, emulando aquellas noches que habían nacido en Ibiza a la sombra del «jiperío».