En anteriores tribunas he escrito principalmente sobre actividades, chicos, educación. En esta quiero hacer una reflexión sobre los padres.
Cuando pregunto a los padres: ¿Qué queréis para vuestros hijos?, la respuesta suele ser rotunda: «que sean felices». Pero para que ellos sean felices los primeros en serlo tendrían que ser los padres, y aquí está el punto principal de este artículo.
Cuando en una familia los padres mantienen unas relaciones positivas, demuestran que se quieren, dialogan, transmiten alegría, etc, son el mejor fundamento y modelo de referencia en el camino hacia la felicidad para sus hijos.
En el contexto social que vivimos, rodeados de problemas económicos sociales, laborales, … plantear el tema de la felicidad es difícil, pero necesario, y considero que los padres deben realizar un esfuerzo responsable para intentar conseguir lo que quieren para sus hijos.
La sociedad en la que vivimos nos arrastra y hace que nos afanemos por el hacer, más que por el ser. Nos preparamos por ser unos buenos profesionales en nuestras actividades laborales, lo que no es malo, pero es preocupante cuando centramos nuestras fuerzas en el hacer y nos olvidamos vivir encuentros gratificantes y felices con los hijos.
Con el ajetreo de la vida, el estrés, nos solemos olvidar de cuidar esa felicidad que anhelamos para nosotros y para los hijos.
La felicidad no se debe buscar individualmente o aisladamente, sino que debe de plantearse como objetivo personal primero en los padres, para que revierta en la familia, y de una manera especial, en quienes viven juntos bajo el espacio del hogar.
Tanto en el ámbito de la felicidad como en el de la educación, los padres tienen una responsabilidad fundamental: ser los protagonistas para poder conseguir dichos objetivos.
Educar es difícil, lo ha sido y lo será, era el título de una tribuna publicada con anterioridad en este portal de comunicación; plantearnos el tema de la felicidad en la familia es importante y necesario, aunque a veces se quede en una utopía, pero en la vida debemos de acercarnos a las utopías, esforzándonos para que dejen de serlo.
Y un fundamento prioritario en esta utopía es la familia y como base para su cumplimiento están los padres, quienes tienen que plantease un proyecto de vida común dando prioridad y cuidando las relaciones interpersonales, reflejando en los rostros el espejo cariñoso de una pareja que quiere educar a sus hijos en la felicidad.
Los hijos pasan muchas horas con los padres, ven muchos rostros y escuchan muchas frases e ideas de los mismos, por eso considero importante que nos esforcemos para que vean en nosotros rostros felices y frases amable, ya que, parafraseando una cita clave en la educación «los hijos aprenden más de lo que somos que de lo que decimos».