En este artículo titulado creando hogar, escrito en el portal de comunicación Hoy Torrelavega, quiero plasmar de una manera general y sencilla la vida de sueños, esfuerzos y cariño en la Casa de los Muchachos. Cuando llegué como educador al Hogar en el año 1989, recuerdo que mis compañeros al definir en breves palabras el sentido del proyecto social me dijeron, pretendemos crear un ambiente hogareño; hogar y familia son las palabras que sintetizan la vida entre los chicos y educadores de la Casa.
Con el transcurrir de los años y después de 23 años de vida y misión, puedo decir que el ambiente entre los chicos, educadores, vecinos y colaboradores, es el de una familia sencilla, donde en total armonía compartimos los distintos momentos de la vida. Los educadores se convierten en guías, padres y hermanos mayores, rompiendo las barreras propias de la educación institucionalizada, según dice la pedagogía amigoniana «educamos desde el corazón», y esto solo es posible cuando la empatía y la cercanía se dan sin romper los principios educativos.
Los chicos y chicas que nos llegan orientados desde Servicios Sociales municipales o autonómicos, acuden a nosotros con carencias significativas, unos con problemas comportamentales, otros con problemas familiares, sociales etc. Muchos de nuestros chicos han carecido de unos entornos normalizados, ello ha marcado una forma de ser y estar, por esto pretendemos ofrecerles: – Un entorno familiar y social con intención de recuperar en lo posible algunas lagunas creadas. –Unos ambientes y situaciones normales para que nuestros chicos/as puedan ir creciendo y formándose como personas. – Tratar que los muchachos se vayas planteando su propia vida, dando respuestas válidas a las necesidades planteadas.- Intentar incidir en el ambiente familiar y social de los chicos y chicas buscando crear un equilibrio afectivo para ellos.
Una vez reflejada por escrito una breve pincelada de nuestra filosofía presencial, voy a ubicar nuestra dirección; nos encontramos en el barrio de la Inmobiliaria, en la calle Antonio Bartolomé Suarez número ocho, situado en la ladera del monte detrás del polideportivo de la Habana Vieja. En la actualidad desarrollamos dos proyectos, el más antiguo con 31 años de existencia es la Unidad Familiar, destinada a chicos/as que deben salir de su ambiente familiar por distintas circunstancias. En el año dos mil seis, se crea el centro de día con intención de dar respuesta a la población infanto-juvenil sin necesidad de separar a los menores de sus familias de origen, con un buen acompañamiento educativo, fundamentado en un trabajo individual junto a la familia las dificultades se pueden mejorar.
Considero que el estilo educativo familiar, es capaza de aproximarnos al deseoso éxito en la atención educativa de los chicos y chicas que por diversos motivos, suelen carecer de un entorno adecuado normalizado.
Hogar y familia dos palabras que nos planteamos en la Casa de los Muchachos no como una utopía, sino como un objetivo realista para vivir.
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