La dirección de Bridgestone y el comité intercentros volverán a reunirse el 3 de abril en Basauri. Empresa y representantes sindicales están inmersos en la negociación del convenio colectivo, que propone fuertes recortes salariales y laborales, y en el estudio del nuevo calendario que quiere implantar la multinacional en sus cuatro plantas españolas: Burgos, Basauri, Usánsolo y Puente San Miguel. Un calendario que plantea 255 días a cuatro turnos, con 46 días de descanso adicional ya prefijados.
La empresa ha convocado al comité para entregar la documentación para el inicio del periodo de consultas sobre suspensión de contratos para las plantas de Burgos y Usánsolo, aunque también está pendiente que la dirección presente un ejemplo detallado de cómo se aplicaría el nuevo calendario en cada planta.
Ese nuevo modelo de calendario laboral es similar al que Bridgestone ya aplica en Polonia y supone que la organización de las jornadas de trabajo y descanso no están definidas en el convenio, como ocurre ahora, sino que quedarían a expensas de las necesidades de cada planta.
Los representantes sindicales han acogido con dudas la propuesta, y han pedido a la dirección que detalle lo que supondrá en cada caso. El objetivo de la empresa con estos cambios es reducir costes, disminuyendo las jornadas laborales en festivos, adaptando las parrillas a las necesidades puntuales y aumentando la producción con la misma plantilla. El temor del comité es que todo esto se traduzca en más flexibilizaciones de las jornadas a expensas y en perjuicio de los trabajadores.
La dirección también ha informado de que los precios del comedor –cuyos servicios a los trabajadores fueron recientemente reducidos en Puente San Miguel- subirán anualmente en la misma cuantía que el IPC. Todas las centrales sindicales mostraron su oposición a la medida, argumentando que en los salarios de los trabajadores no se ha aplicado ese mismo incremento.
Los representantes sindicales de las plantas españolas (Burgos, Basauri, Usánsolo y Puente San Miguel) están también siguiendo la situación de la planta de Bridgestone en la localidad italiana de Bari, cuyo anunciado cierre dejaría en la calle a casi un millar de trabajadores. Tras un encierro de la plantilla, que continuó trabajando pero impidió la salida de cubiertas de la factoría, la intervención del gobierno italiano y las autoridades de Bari para retomar la negociación han hecho que los operarios abandonaran la medida de presión y continuaran las conversaciones.