La negociación del convenio colectivo de Bridgestone no ha experimentado ningún avance debido al rotundo rechazo del comité de empresa a los recortes salariales y laborales que pretende imponer la dirección. La segunda reunión, celebrada este jueves en la planta de Puente San Miguel, sólo ha servido para que la multinacional insista en que su intención es equiparar las condiciones y sueldos de las factorías españolas a las que tiene en Europa del Este.
Bridgestone pretende congelar los salarios hasta 2018; reducir en un 75% los pluses de nocturnidad, turnos y festivos; quince días más de trabajo al año; flexibilidad total de la jornada quedando el calendario individual y colectivo a disposición de la empresa; suprimir la antigüedad y recortar casi totalmente los beneficios sociales. La propia empresa señala en la propuesta que su intención es hacer una «revisión profunda» de los anteriores convenios.
La empresa ha dejado claro que la estrategia de Bridgestone para los próximos años es «concentrar las inversiones en las fábricas de Europa del este», «ajustar las plantillas a la demanda en el resto de Europa» y «maximizar la productividad manteniendo los mismos recursos». Añade, además, que «en ningún caso asumirá diferencias de coste y jornada con el convenio sectorial», recordando que con la nueva reforma laboral si el 8 de julio no hay acuerdo entrará en vigor el Convenio General del Sector Químico.
Tras esta segunda reunión, el comité intercentros ha pedido a la multinacional que concrete sus planes para cada planta, y que detalles las consecuencias salariales concretas que tendrán los drásticos ajustes que pretende realizar la dirección. El próximo encuentro será el 21 de febrero.
Bridgestone Hispania tiene cuatro centros de trabajo en España: Basauri, Usánsolo, Burgos y Puente San Miguel. Todos ellos sufrieron en diciembre importantes recortes de plantilla, que en el caso de la factoría cántabra supusieron 81 despidos.