Los trabajadores de Bridgestone suben un grado las movilizaciones ante la actitud de la empresa y han convocado otros tres días de huelga general los días 24, 25 y 26 de abril. Una huelga que se hará también en la planta de Basauri, también afectada por los despidos, y cuyo inicio coincide con la fecha de la reanudación de la negociación del ERE anunciado por la empresa, que en la fábrica de Puente San Miguel amenaza a 211 trabajadores.
Este martes, tercera jornada de huelga en la planta, el respaldo ha vuelto a ser “total” y ha paralizado la producción, ha destacado el presidente del comité de empresa, Luis Ruiz Eguren.
La plantilla, que se ha concentrado a la entrada de la planta, exige a la multinacional que rectifique su planteamiento. “La culpa no es nuestra; los trabajadores venimos a trabajar y somos productivos, el problema es la empresa que no ha hecho lo suficiente para vender nuestros productos”.
Desde el comité reclaman un plan de viabilidad de futuro, que garantice la perivencia de la empresa. La empresa solo pone sobre la mesa la viabilidad de dos años, para 2025 y 2026, con solo dos turnos de trabajo y una mínima producción, sin explicar que “de esta manera se va a vender más o mejorar la situación”, lamentan los sindicatos. “No queremos el riesgo de la deslocalización, queremos que en Puente San Miguel se consolide la producción vinculada al tractor de una manera potente y no como lo quieren dejar”, ha recalcado Ruiz Eguren.
Además, desde el comité de empresa se han referido a la situación de las contratatas que trabajan para Bridgestone Puente San Miguel y cuyas plantillas, “compañeros que llevan muchos años con nosotros” y que también se verán afectados, aunque no pueden saber en qué medida. El comité, ha explicado su presidente, ha pedido a la empresa el número de personas que trabajan para las contratas pero no se lo han facilitado.
En cuanto al Gobierno de Cantabria, los sindicatos critican que solo se haya anunciado la creación de un grupo de trabajo, formado por la compañía, el Ejecutivo regional y estamentos del Gobierno central, dejando fuera a las organizaciones sindicales que “debieramos estar” en ese grupo. Además, ha recalcado que “Bridgestone ha puesto muy poco empeño en que ese grupo de trabajo sea fructífero porque se ha limitado a hablar con los directores de los centros y la jefa de Comunicación de la compañía en Europa, personas que no pueden adoptar decisiones importantes”.
Por último, el comité ha insistido en la necesidad de dar visibilidad a las movilizaciones a la hora de negociar las condiciones del ERE, tanto en el número como en las condiciones para los afectados y de exigir a la multinacional que explore todas las posibilidades para minimizar las salidas traumáticas.