Los jardines verticales son más que una tendencia estética y en muchas ciudades se apuesta por estas estructuras para abrir ventanas ‘verdes’ en lugares en los que la plantación tradicional no es posible. El objetivo no es solo embellecer, sino luchar contra la contaminación y mejorar las temperaturas, así que en algunas urbes del mundo los grandes edificios empiezan a ‘forrarse’ de plantas, y terrazas y azoteas, públicas y privadas, se convierten en oasis entre el hormigón.
Torrelavega se quiere sumar a esta tendencia y el Centro Especial de empleo SERCA está trabajando en el sistema BIOFIVER, que optimiza la instalación y mantenimiento de los jardines verticales. El prototipo ha sido presentado hoy por el concejal de Medio Ambiente e Infraestructura Verde, José Luis Urraca, que ha avanzado que el primer jardín vertical se instalará en primavera en Torrelavega en un lugar aún por determinar.
La idea es extender la experiencia a diferentes zonas de la ciudad donde ahora no es posible colocar jardines tradicionales o donde se quiera crear espacios singulares. Urraca ha incidido en que el diseño modular del sistema permite a diferentes espacios: muros, fachadas de edificios, terrazas, columnas, azoteas
También se espera que sirva para que desde el ámbito privado también se apueste por los jardines verticales, que han demostrado su papel depurador del aire. «Esperamos que esta iniciativa sirva de ejemplo en futuros diseños y construcciones tanto de fachadas como de azoteas en la ciudad», ha señalado el concejal.
Urraca ha estado acompañado por la directora del SERCA, Maite González León, y el encargado del área de Cultivos, Pablo Ruiz, que han detallado las características del prototipo, y han destacado que ésta es una nueva línea de trabajo para el Centro.
«El SERCA en su afán de proporcionar a la ciudad servicios de calidad y mantener a sus trabajadores formados en los nuevos sistemas de su especialidad productiva, con el fin de facilitar su integración en el mercado laboral ordinario, ha optado por el sistema BIOFIVER», ha explicado su directora. «Creemos que esta técnica es de las más adelantadas, y es un sistema mejorado con aireación e intercambio de las plantas», ha añadido
Este sistema tiene ventajas sobre otros sistemas como el hidropónico, porque tiene menor dependencia del agua y los fertilizantes, requiere un menor mantenimiento y una menor o nula dependencia de sistemas informatizados o controles electrónicos. De esta manera, con un grifo y una superficie en buen estado para soportar el peso, se puede crear un jardín vertical.
El precio de cada metro cuadrado de jardín vertical podría rondar los 300 o 400 euros, aunque la cifra es muy aproximada y no tiene en cuenta factores añadidos (como la altura en el caso de fachadas y azoteas) que pueda encarecer o economizar el coste total.
El prototipo tiene cuatro metros cuadrados, con módulos de 50 x 50 centímetros y 10,5 centímetros de fondo, admitiendo 48-64 plantas por m2, con estructura de acero galvanizado y aluminio, y pequeñas celdillas de polietileno.