El grupo municipal Izquierda Unida-Podemos ha criticado el borrador de Presupuestos propuesto por el equipo de gobierno PRC-PSOE, mostrando su preocupación ante “un escenario desfavorable para los vecinos y vecinas del municipio”. Según este grupo, los torrelaveguenses verán incrementada su presión fiscal al sufrir un aumento del IBI en un 4,8%, y de la tasa de residuos en un 8% para los hogares y 8,39% para las actividades industriales.
Unos presupuestos, critican también, que llegan con seis meses de retraso y que a pesar de haber sido “vendidos como equilibrados e inversores, muestran un claro desequilibrio entre inversión social y gasto estructural”.
Además, recalcan que suponen un recorte social, como la reducción en un 31,24% en políticas de empleo y de un 2,17% en servicios sociales, una de las áreas más sensibles en el contexto económico actual. Para IU-Podemos, “este recorte resulta alarmante si se considera el impacto acumulado de la inflación, el aumento del coste de vida y la creciente demanda de ayudas por parte de familias en situación de vulnerabilidad”.
La coalición tacha de “vergüenza” que la partida de turismo se incremente un 50,41% y que los “chiringuitos” del gobierno municipal reciban un 30,23% más que en el año 2024.
Según indican, la partida de Cultura y Festejos supera los 14 millones de euros, incluyendo el Teatro Concha Espina, subvenciones culturales, fiestas populares y otras iniciativas.“Aunque la cultura es fundamental, este nivel de gasto parece sobredimensionado frente a otras prioridades estructurales como la vivienda (143.100 €), mayores (104.500 €), salud pública (59.000 €) o juventud (256.000 €), que tienen un peso muy inferior”, ha señalado el concejal de IU-Podemos, Borja Peláez.
Iu-Podemos considera que hay un fuerte peso del gasto corriente operativo y de personal, lo cual es habitual en la gestión pública, pero echan en falta un mayor impulso a inversiones estratégicas de futuro, como transición y eficiencia energética en edificios municipales, digitalización, vivienda pública o movilidad sostenible. “Áreas como Medio Ambiente, por ejemplo, reciben cifras modestas pese a la importancia de los desafíos actuales y no reflejan continuidad en las políticas contra el cambio climático”, subraya Peláez.
La deuda pública (1,8 millones) y las grandes infraestructuras urbanas (como limpieza, residuos o vías públicas) suponen una parte relevante del presupuesto, pero creen no se acompañan necesariamente de políticas innovadoras. lU-Podemos considera que sería deseable reorientar parte de esos fondos hacia soluciones verdes y colaborativas.
Con una población envejecida y en retroceso, añaden, el presupuesto no refleja una política decidida de atracción de población joven, apoyo a la natalidad, o lucha contra la despoblación, más allá de acciones puntuales (formación, juventud, dinamización poblacional), que no tienen suficiente músculo presupuestario.
En conclusión, la coalición indica que este presupuesto es “la consumación de la deriva anti-social del gobierno de López Estrada y de la huida hacia delante de un gobierno cuyas prioridades son financiar cada vez con más dinero a una asociación que no ha sido capaz de generar puestos de trabajo ni de financiarse por si misma para realizar un festival al año y salir en la foto inaugurando obras innecesarias”.
IU-Podemos recuerda que ha venido alertando en los últimos meses de que el recorte del gasto social que está realizando el gobierno PRC-PSOE iba a quedar reflejado en los presupuestos municipales. También consideran preocupante el incremento en un 83% de la deuda pública.
A su juicio, el presupuesto 2025 muestra una “inercia administrativa y una visión clásica del gasto público”, más orientada a mantener el funcionamiento de la maquinaria municipal que a afrontar los desafíos sociales, demográficos y ambientales del presente y el futuro. Echan en falta una política más “audaz, transversal y centrada en las personas”, con objetivos claros de transformación social, inclusión y sostenibilidad.
“El presupuesto municipal para 2025 muestra una falta de sensibilidad social y de visión a largo plazo, sacrificando áreas esenciales como servicios sociales e igualdad en favor de una contención del gasto que no prioriza el bienestar de la ciudadanía. Es imprescindible que el Ayuntamiento reoriente sus recursos hacia una política fiscal más justa, inclusiva y solidaria”, ha concluido Borja Peláez.