Torrelavega ha vuelto a cantar Marzas este 28 de febrero, cumpliendo la tradición de celebrar con cantos la llegada de la primavera. Unos 80 marzantes han recorrido las calles seguidos por numero público a pesar del intenso frío que ha acompañado su recorrido.
Después del parón provocado por la pandemia, la ronda marcera ha recuperado su recorrido habitual, pasando por la Residencia San José, Barrio Covadonga y Nueva Ciudad, para llegar después al centro. El tradicional Diálogo del Alcalde y el Pregonero, que se desarrollaba habitualmente en el Palacio Municipal, se ha traslado por las obras y se realizó en la Plaza Piqué y Varela. En tono jocoso, el alcalde, Javier López Estrada, y el Pregonero de la ronda, han intercambiado rimas cargadas de ironía en torno a la actualidad municipal.
La parada en Piqué y Varela ha servido también para explicar porqué este año no se había nombrado Marcero Mayor, un título que en cada edición reconocía a una persona significativa en la defensa de las marzas y el folclore. Según detallaron, su deseo era nombrar Marcero Mayor a Juan José Crespo, durante muchos años impulsor de las marzas y escritor de diferentes textos sobre esta tradición. Sin embargo, Crespo manifestó siempre que nunca aceptaría ese título que él había creado, por lo que han decidido dejar en blanco este año el nombramiento para reconocer a su compañero.
Después, han tomado la palabra el alcalde y el vicepresidente del Gobierno de Cantabria, Pablo Zuloaga, que han felicitado a la Ronda Marcera por recuperar, mantener e impulsar la tradición de las Marzas.
La ronda ha continuado hasta una de las novedades de este año, la parada en la Plaza Chanete, en La Inmobiliaria, antes de dirigirse a la Iglesia de La Asunción, donde, siguiendo la tradición, han sido recibidos y bendecidos por el párroco, que se ha sumado al canto de los marzantes.
A continuación, en la Plazuela del Sol se ha escenificado una de las escenas más conocidas de las Marzas, La Rutona, protagonizada por el ‘Roñosuro’, y dedicada a aquellos vecinos que no se mostraban generosos con el ‘aguinaldo’ a los mozos. Su negativa a dar a la ronda los tradicionales aguinaldos de chorizo, jamón, vino, huevos.. o dinero, provocaba las pullas de los mozos, buscando la carcajada de los presentes.
Las Marzas han concluido en la Fuente de Cuatro Caños, donde después de reponer fuerzas con los alimentos recogidos en la ronda, al dar la medianoche los marceros han cantado el Saludo a Marzo que cierra esta tradición.
