San Cipriano es una de las fiestas más populares de la comarca del Besaya y de Cantabria. Miles de romeros suben a la pradera del santo en una jornada marcada por la tradición. Para Agustín Molleda (PSOE) será su primer San Cipriano como alcalde, así que vivirá las fiestas con intensidad y además, como vecino de Cohicillos, con mucha emoción. Será un momento de disfrute con vecinos y visitantes antes de encarar un complejo curso político.

HoyTorrelavega.- ¿Qué tiene San Cipriano para que una fiesta tan sencilla, tan tradicional, reúna cada año a miles de personas?

Agustín Molleda.- San Cipriano es especial. Es la mejor fiesta de prao de Cantabria, es la romería montañesa por excelencia y sigue teniendo un gran empuje. San Cipriano era esa fiesta donde la juventud tenía su primer día libre, sin el control de sus padres, cuando podían subir con amigos a la pradera.., y aunque la sociedad ha evolucionado mucho, y la juventud también, sigue siendo un día diferente, que conjuga naturaleza, paseo, fiesta, folclore, cultura, tradición… San Cipriano reúne muchas cosas.

HT.- ¿Cómo se viven en Cartes estas horas previas al comienzo de las fiestas?

AM.- Es el mayor momento de nervios; los días previos son de mucho trabajo, de mucho organizar. La nueva Comisión de Fiestas de San Cipriano no tiene una amplia experiencia organizativa pero sí que tiene mucha ilusión, está aportando mucho trabajo y mucho compromiso, lo que sin duda va a dar como fruto un gran éxito. Tenemos muy buena sintonía con la comisión, pero como ya he dicho el Ayuntamiento no volverá a capitalizar las fiestas y serán los pueblos, sus vecinos, los que organicen, los que decidan y, sobre todo, los que hagan la fiesta a su manera.

HT.- ¿Qué papel va a jugar a partir de ahora el Ayuntamiento en la organización de las fiestas?

AM.- Como no puede ser de otra manera, de apoyo, aportando nuestra infraestructura, nuestros medios, el trabajo de los operarios durante el horario municipal. También mediante un pequeño soporte económico, pero tenemos un serio compromiso económico con los vecinos de Cartes de reducir la partida de festejos, que se había disparado hasta los 130.000 euros en algunos años. Se había llegado a invertir, y lo digo con pena siendo vecino de Cohicillos, hasta 50.000 euros en un día de San Cipriano. Son cosas que hoy en día no podemos mantener, son impensables, y mi compromiso con los vecinos de Cartes es reducir en un 50% el gasto en protocolo y festejos.

HT.- Como vecino de Cohicillos vive intensamente esta fiesta. ¿Cuál es su primer recuerdo de San Cipriano?

AM.- Sentado en un prado con mi familia, con mucha gente que hoy ya no está. Es un recuerdo sencillo, un sentimiento de pueblo, de ver las casas de San Miguel de Cohicillos llenas de banderines, los pasacalles, los cabezudos, las orquestas, los vecinos… También recuerdo aquellos templetes de eucaliptos, cuando no había las actuales infraestructuras, y piteros como Bosio y Martín. Yo conocí aquel San Cipriano real que lo convirtió en la fiesta que es hoy, y al que creo que estamos obligados a girar, en el que la cultura pese más que la publicidad y el marketing.

Por supuesto recuerdo a grandes personas que ya no nos acompañan, como Sole, la de Jovita, y grandes comisiones como Yercosan, que llegó a tener más de 150 asociados. El San Cipriano que hoy conocemos es la herencia de un gran esfuerzo del pueblo de Cohicillos, y a eso tenemos que volver. La política caciquil de festejos ha terminado en Cartes y mientras yo pueda será el pueblo el que haga las fiestas para su propio pueblo.