Sáb20042024

Last update11:20:52 PM

Torrelavega

El bosque del Parque de las Tablas se cuida desde las alturas

Valoración del Usuario:  / 0
MaloBueno 
PatatalArborista


Los trabajos en el Parque de las Tablas siguen descubriendo un bosque periurbano de gran valor, escondido para muchos torrelaveguenses detrás de ese 'Patatal' que muchas generaciones han disfrutado haciendo deporte pero sin ver su condición de paréntesis de naturaleza a escasos minutos de la ciudad; un pulmón verde junto al río y la zona más industrial del municipio.

 

De descubrir e inventariar esos valores del Parque de las Tablas se está encargando la empresa Arbolart, que estos días desarrolla una de las fases más espectaculares de su trabajo. Los arboristas trepan a los árboles con cuerdas para retirar cimales y ramas rotas y cortar las que están secas o suponen un peligro palpable. Realizan también otro tipo de intervención menos conocida para el gran público: la sustentación artificial, fijando mediante cuerdas, 'amarrando', aquellas ramas que, pese a estar sanas, presentan algún defecto y que por estar sobre zonas sensibles o de paso se quiere evitar cualquier riesgo en un parque de uso público.

"Se trata de encontrar un equilibrio entre el disfrute, el ocio y la conservación de los árboles", explica la arborista Vanesa Tilán, de Arbolart. El Ayuntamiento de Torrelavega quiere convertir ese parque en una gran zona de ocio que combine naturaleza y actividades deportivas y el trabajo de Arbolart es inventariar el millar de árboles que hay en esos terrenos, ver en qué estado se encuentran y generar un "mapa de riesgo" para dar unas pautas "de buena gestión" y poder abrir al público de forma "segura" ese parque.

La fase de trepar a los árboles es lo que denominan una "actuación de urgencia". Tras hacer el inventario del millar de ejemplares que crecen en el Parque de Las Tablas y un "mapa de riesgo" se han talado aquellos que estaban muertos o tenían defectos estructurales que causaban un riesgo muy alto, dejando "un fuste como nicho ecológico y hábitat para insectos y aves".

Después llega el momento de ocuparse de aquellos árboles que no necesitan una tala sino una actuación "controlada", que preserve tanto esos ejemplares como los que crecen debajo. Es el caso de una colonia de Populus en la ribera del río, chopos de edad avanzada y una altura de entre 30 y 40 metros, bajo los que crece una población de jóvenes acer, "el futuro del parque", apunta Tilán. La dificultad, que todos esos ejemplares "trabajan y se comportan como una masa, no como individuos", lo que requiere "especial cariño", explica la arborista. "Si se eliminan muchos ejemplares cambiamos los túneles de viento y podría caer árboles que están bien". Se trata de elegir "la mejor estrategia para minimizar el riesgo y poder usar la zona conservando la población de árboles; el objetivo del Parque de Las Tablas es proteger este bosque sin el que no tendría sentido", enfatiza.

La técnica de trepar a los árboles con cuerdas evita utilizar maquinaria en una zona donde no es conveniente, ni por la compactación del suelo ni por los daños en las raíces de los grandes ejemplares y en los jóvenes que causaría. Una faceta de la arboricultura en auge "porque cada vez hay más conciencia de tratar a los árboles de otra manera" y que, junto a la necesaria destreza para trepar y moverse suspendidos de cuerdas, requiere una formación para "leer" los ejemplares, "prever riesgos" y tomar decisiones.

Vanesa Tilán, junto a otros dos expertos arboristas llegados de Galicia y Cataluña, Daniel Rosselló y Aarón García, suben por los altos ejemplares que jalonan la ribera del río Saja-Besaya a su paso por el Parque de las Tablas y van eliminando, corrigiendo o asegurando todo aquello que tiene un riesgo de caída, evitando dañar el árbol. Cortar "a lo loco", indican, generaría un daño en el árbol, una entrada para hongos y enfermedades que provocaría la caída de ramas que se pretende evitar y lo debilitaría, afectando al futuro del bosque.

"Más del 70% de los árboles que se talan, no sería necesario", asegura Tilán, empleando otras técnicas menos agresivas y que además, no son más costosas que la recurrente poda. "Talar un árbol y gestionar el residuo forestal es más caro", afirma. ¿Por qué no se hace entonces? "Sobre todo por falta de información", dice esta arborista, convencida de que es necesario "educar" a la ciudadanía y a los gestores públicos en esa otra forma de relacionarnos con los árboles.

"Un bosque como este del Parque de las Tablas es salud, es calidad de vida", la oportunidad de sumergirse en la naturaleza y "respirar y desconectar" sin necesidad de desplazarse fuera de la ciudad, reitera esta profesional que ha recorrido España y buena parte de Europa y no duda en afirmar que Torrelavega tiene "un tesoro" en el Patatal.