Sáb20042024

Last update11:20:52 PM

Torrelavega

Nueve años y once meses de prisión por intentar acabar en Torrelavega con la vida de su expareja embarazada

Valoración del Usuario:  / 0
MaloBueno 
ZonaVinos09

La Audiencia Provincial de Cantabria ha condenado a nueve años y once meses de prisión a un joven que trató de acabar con la vida de la que había sido su pareja durante dos meses y que en el momento de la agresión estaba embarazada, circunstancia conocida por el procesado. Los hechos ocurrieron en Torrelavega, hace dos años.

 

El tribunal le considera autor de un delito de homicidio en grado de tentativa, con las circunstancias agravantes de abuso de superioridad y de cometer el delito por razones de género.

Sobre esta última agravante, considera la Audiencia probado que "la agresión vino motivada por el comportamiento machista o de desprecio de género del procesado", tal y como se desprende del "enfado e insultos que profirió" a la mujer dos días antes cuando la vio por la noche en la zona de vinos de Torrelavega, tras haber roto ella la relación.

Además, se condena al hombre acercarse y comunicar con la víctima durante once años, y le impone diez años de libertad vigilada una vez salga de la cárcel. También deberá indemnizar a la joven con 18.943 euros por las trece heridas que sufrió y las secuelas que le han quedado.

Según el relato de hechos, tras una relación sentimental sin convivencia de dos años y medio, la víctima rompió por desavenencias, lo que el agresor no aceptó. Dos días después de la ruptura, el condenado acudió al domicilio de la mujer a altas horas de la madrugada y al no encontrarla en casa, esperó en la calle. Cuando llegó, mantuvieron una conversación en la que intentó convencerla para reanudar la relación.

Entonces, "con el fin de que ella estuviera lo más desprotegida posible le propuso que se alejaran del lugar a otro sitio más apartado porque tenía frío". Al negarse, entraron en el portal del edificio y el condenado comenzó a recriminar a la joven que tenía que estar con él, advirtiéndole que "era la última noche para los dos, y que iban a morir juntos".

Tras entregarle un papel escrito aprovechó que la joven trababa de leerlo para que la joven trató de leerlo para quitarse la chaqueta, viendo la mujer que tenía sangre y cortes en un brazo y que llevaba un cuchillo que le puso en el cuello, al tiempo que le decía que "iba a coger su cabeza y se la iba a llevar a Granada, que esa noche morirían los dos, que quería beber su sangre".

A partir de ese momento, lanzó múltiples cuchilladas a la mujer, que le produjeron hasta trece heridas incisas en cara, mano, abdomen, glúteos y muslo. Los gritos de la mujer alertaron a su compañero de piso, quien bajó portando un palo metálico de fregona que utilizó para tratar de frenar la agresión.

Durante la agresión, el cuchillo se rompió e incluso se dobló en forma de uve. La mujer logró coger la hoja y guardarla bajo su ropa, pero siguió recibiendo golpes.

Finalmente, el hombre desistió y se marchó llevando el bolso de la mujer, motivo por el que también ha sido condenado por un delito de hurto a una multa de 540 euros.

Para el tribunal, los hechos constituyen un delito de homicidio, dado que el acusado se representó y aceptó que "por la zona en la clavó el arma y la intensidad con que lo hizo pudiera ocasionarle la muerte".

Entiende el tribunal que existió "un verdadero dolo homicida", lo que se desprende de la clase de arma utilizada –"un cuchillo de 26 cm de hoja es un arma que no admite discusión que es apta para causar la muerte"- o de la zona a la que se dirigió la agresión –"afectó a zonas vitales".

También revela el dolo homicida el número de golpes y lesiones producidas, y es que, como señala la Audiencia, "para que la hoja del cuchillo se doblara en la forma de uve en que lo hizo fue necesario golpear con mucha fuerza".