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Recuperar el valor del Salario Mínimo Interprofesional

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UGTCecilia03

Uno de los elementos que participa de manera evidente en la construcción de la cohesión social es la existencia del Salario Mínimo Interprofesional puesto que la mayoría de las personas que conforman las sociedades contemporáneas dependen de un salario para su sobrevivencia y reproducción social. El SMI reduce las brechas salariales entre los diferentes colectivos de trabajadores y trabajadoras, genera un mejor reparto de las rentas y favorece el consumo con lo que esto supone para la economía de los países.

La crisis actual, no podía ser de otro modo, ha afectado de manera grave a la evolución del SMI pues, tomando como referencia tan solo los últimos cinco años, el salario mínimo interprofesional español ha caído un 4,1% en su poder adquisitivo; un dato que por si mismo sirve de argumento suficiente para plantear la necesidad de una subida en su cuantía sin demora. Más cuando no solo sirve para fijar la remuneración mínima de los salarios a jornada completa sino los de aquellos trabajadores y trabajadoras que, cada día en mayor número, trabajan a jornada parcial de manera involuntaria.

El valor del SMI español es de 648,6 euros brutos mensuales y sitúa a quienes viven con esas rentas muy cerca del umbral de pobreza que en nuestro país está establecido en 7961 euros anuales. El trabajo ya no garantiza la supervivencia de miles familias españolas y, por ello, se hace insoslayable una subida inmediata de ese salario referencia para acabar lo más pronto que sea posible esa situación.

UGT, junto a CCOO, ha dirigido en estos días un documento a la Ministra de Empleo y Seguridad Social en el que proponen una subida del SMI hasta los 800 euros mensuales. Para ello establecen una propuesta que se desarrollaría en el siguiente calendario: un 11% en enero de 2016 para llegar a 720 € (14 pagas) y otro 11% en enero de 2017 hasta 800 € (14 pagas).

Los argumentos que avalan ese supuesto son contundentes, primero la necesidad de equipararlo con el nivel de riqueza del país, segundo la recuperación del poder adquisitivo perdido en los años de recesión, y tercero su aproximación a los niveles de la Unión Europea, son 15 los países donde hay SMI en vigor, y al 60% del salario medio indicado en la Carta Social Europea.

Aunque si al Gobierno aún no le parecen suficientes esas razones, en medio del cambio de ciclo y de la incipiente recuperación, tan sólidamente defendida por el Partido Popular, nadie entendería que ese inicio de "bonanza" no fuera trasladado a los salarios en forma de incremento sustancial, especialmente, en lo que al Salario Mínimo Interprofesional se refiere.

Por demás, en ese documento se contempla también la necesidad que se de efectivo cumplimiento al procedimiento y los criterios para fijar el aumento del salario mínimo según se hayan señalados en el artículo 27 del Estatuto de los Trabajadores y que han sido sistemáticamente soslayados por el Gobierno en su cálculo durante los últimos años.

No se puede relegar de la "recuperación" a los miles de trabajadores y trabajadoras que dependen de este salario de referencia para vivir, sobre todo después de haber sido la clase trabajadora la que ha experimentado de modo más brutal las consecuencias de una crisis en cuyo origen no tuvieron la más mínima responsabilidad.