Sostenibilidad ambiental y empleo. ¿A qué estamos esperando?

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El último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático ha acaparado la atención mundial. Las conclusiones contenidas en el documento han hecho saltar todas las alarmas sobre el impacto que nuestro sistema de vida está proyectando sobre el planeta.

La atmósfera y el océano se han calentado, los volúmenes de nieve y hielo han disminuido, el nivel del mar se ha elevado y las concentraciones de dióxido de carbono han aumentado hasta niveles sin precedentes y hasta tal punto que, sino no queremos hacer inhabitable la Tierra en las próximas décadas, los gobiernos y la humanidad en su conjunto habrán de dar una respuesta contundente e inmediata al conjunto de circunstancias que han propiciado esa situación de deterioro medioambiental.

En el marco de la crisis económica actual esa necesidad de acción constituye una oportunidad singular para la generación de nuevos yacimientos de trabajo puesto que la lucha contra el cambio climático exige a las sociedades humanas avanzar hacia un modelo económico alternativo a través de una profunda transformación industrial y de los sistemas de generación de energía en un marco de solidaridad, democracia y justa distribución de la riqueza a través del empleo que asegure la conservación de los recursos naturales para las futuras generaciones.

UGT considera que, en nuestro caso, la reorientación de la economía española hacia sectores de la economía verde requiere recuperar el desarrollo tecnológico en energías renovables, articular un marco que facilite inversión público-privada para desarrollar plenamente el sector de la rehabilitación energética de edificios, el impulso de medidas de movilidad sostenible basadas más en la mejora y promoción del transporte público y la modernización de infraestructuras convencionales que en el desarrollo de grandes autovías y ferrocarril de alta velocidad.

En otro orden la legislación española de residuos debería incluir un objetivo obligatorio de recogida selectiva para la materia orgánica, con lo que se podría cumplir con los compromisos europeos de reciclaje para 2020. El impulso de la recogida selectiva para compostaje podría contribuir a disminuir las emisiones de gases de invernadero (fundamentalmente de metano) en los vertederos y a reducir el déficit que hay en España de materia orgánica en suelos y aumentar la retención del agua, así como a frenar la desertificación (un 20% de los suelos tiene un alto riesgo). También permitiría aprovechar el abono orgánico para la agricultura reduciendo nuestra dependencia de los fertilizantes de síntesis que contaminan el suelo.

UGT ha planteado también modificar el marco económico de la gestión de los residuos a través de la fiscalidad de manera que no resulte más rentable a algunas empresas gestoras llevarlos a vertedero o incineración que reutilizarlos o reciclarlos.

También creemos que hace falta normativa para prevenir la generación de los residuos con medidas de ecodiseño y limitaciones a los materiales no reciclables e impulsar, por ejemplo, el Centro de Investigación sobre Prevención y Gestión de Residuos previsto en la Ley de Residuos.

Todas estas medidas contribuirían no sólo a la eficiencia en el uso de los recursos, sino también a la creación de empleo en el sector, puesto que el reciclaje crea más empleo que la incineración y el vertido. Según la Comunidad Europea para reciclar 10.000 toneladas de residuos se crearían 250 puestos de trabajo frente a 30 si se incineran o 10 si se depositan en vertedero.

Una gestión sostenible de los residuos, además, no solo beneficiará a la ciudadanía española, sino a las poblaciones de países empobrecidos pues es sabido que gran parte de las materias primas que se utilizan provienen de otros países y su extracción provocan problemas sociales y ambientales, como contaminación de agua y aire, desplazamiento de comunidades y violación de los derechos humanos.

Por otro lado, un gran porcentaje de residuos también acaban en países no industrializados, con proliferación de vertederos incontrolados que alimentan los procesos de contaminación de los suelos y aguas subterráneas.

Hay otro sector de trabajo medioambiental cuyo desarrollo de manera adecuada revertiría en forma de puestos de trabajo en nuestra propia comunidad autónoma de una forma muy directa: el forestal.

UGT ha implementado a través de FITAG (Federación Industria y Trabajadores Agrarios) una campaña "EN DEFENSA DEL SECTOR FORESTAL" que se ha venido desarrollando a lo largo de todo este año y con la que se pretende llamar la atención de la sociedad sobre los colectivos vinculados al sector forestal y luchar contra el ostracismo y los recortes al que le condenan las Administraciones, que han significado cierres de empresas, despidos, precariedad, pérdidas de jornales y abandono del medio rural.

Se trata también de poner en valor a través de esta iniciativa su potencialidad para generar empleo y, en consecuencia, su capacidad para fomentar la riqueza en zonas rurales y favorecer el asentamiento de la población en ese ámbito. El sector forestal hasta el momento ha sido un cajón de sastre carente de entidad propia, por ello desde FITAG-UGT está siendo reivindicado para dotarlo de presencia institucional frente al resto de sectores económicos y las distintas Administraciones.

Las señales de advertencia contenidas en el informe sobre el cambio climático vendrían a reforzar los argumentos que hemos manejado en la UGT a favor del desarrollo de sectores económicos como el forestal, el de gestión de los residuos, las energías renovables y tantos otros desde hace años y muy especialmente, en este momento de crisis profunda a la que no parece que se le encuentran salidas con futuro, a señalar con claridad una de las posibles sendas a seguir en el camino de la recuperación del empleo. Así que solo nos queda por plantear una pregunta ¿A qué estamos esperando?