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Diversidad afectivo-sexual en el mundo del trabajo

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UGTCecilia01

Abordar cualquier situación discriminatoria en el ámbito del trabajo es una parte consustancial a la acción sindical de las organizaciones obreras. Nadie pone en duda el valor de desarrollar una vida profesional en igualdad de condiciones. Sin embargo la realidad laboral manifiesta unos rasgos entre los que no destaca, precisamente, el trato igualitario.

La igualdad es compleja pero hasta hace muy poco tiempo hemos compartido una visión sesgada de su significado ya que, junto a la mayoría de la sociedad, la habíamos identificado con la no discriminación por las clásicas razones de raza, religión o género, entendido éste desde la perspectiva de una dualidad cultural construida en términos de masculino/femenino.

No obstante, la reflexión realizada en las últimas décadas en torno a la noción de género y las discriminaciones asociadas a éste han dado como resultado el desarrollo de un nuevo concepto de igualdad mucho más complejo e inclusivo que ha terminado por contemplar toda la diversidad afectivo-sexual que atesoran los seres humanos y que han sido causa de exclusión en nuestras sociedades.

Hoy la idea de igualdad de trato para ser bien entidad y aplicada ha de atajar las fuentes de discriminación vinculadas a todas y cada una de las expresiones afectivo-sexuales existentes: la heterosexual, la homosexual, el lesbianismo, la bisexualidad y la transexualidad. De tal manera que el compromiso ha de ser firme en la aceptación de esta nueva perspectiva si nuestro fin es alcanzar el trato igualitario real tanto en la sociedad en su conjunto como, particularmente en lo que nos atañe, dentro de las empresas.

El mundo del trabajo ha incorporado esta nueva visión en fechas muy recientes. La Directiva Comunitaria 2000/78/CE del Consejo en la que se afirmó como objetivo "establecer un marco general para luchar contra la discriminación por motivos....de orientación sexual en el ámbito del empleo y la ocupación" abrió la senda a una serie de nueva normativa de carácter estatal que obliga jurídicamente a evitar comportamientos discriminatorios en los centros de trabajo. La aplicación de esas normas generó posteriormente varios pronunciamientos judiciales sobre la materia en los que fueron reconocidas causas de nulidad en los despidos denunciados por haberse producido estos debido a la homosexualidad declarada de los denunciantes.

 

Pero la existencia de leyes y sentencias laborales no ha logrado nunca, per se, acabar con los comportamientos discriminatorios en ningún caso. El trabajo del sindicato en este orden ha de ir más allá de la atención a situaciones sobrevenidas. Ha de anticiparse desde la sensibilidad preventiva porque la discriminación por orientación sexual siempre ha existido y es uno de la multitud de problemas a los que nuestros compañeros y compañeras de trabajo se enfrentan cada día.

Disponemos de un arma fundamental para atajar este problema, la negociación colectiva. Es fundamental que seamos capaces de contemplar y que sea contemplada en cada sector, en cada empresa, la existencia de la diversidad sexual. En los convenios se deben introducir cláusulas antidiscriminatorias que reflejen la orientación sexual y la identidad de género; definiciones de familia en las que estén incluidas las parejas que forman gays y lesbianas o que los beneficios sociales sean también para las parejas del mismo sexo. Ese ha de ser nuestro compromiso.

Deberemos concentrarnos, también, en formar a nuestros cuadros para que sean capaces de adquirir destreza en la detección de procesos de discriminación y acoso laboral por estas cuestiones pues se ha detectado que frente a ellas un porcentaje muy elevado de los que las sufren las viven en silencio, mientras que en las empresas donde los implicados recibieron el apoyo de sus representantes sindicales los afectados dieron un paso al frente y denunciaron para poner término a la situación.

La UGT lleva años fomentando la igualdad de trato de esos colectivos de trabajadores y trabajadoras respecto al resto de sus compañeros y ya son muchos los convenios firmados en los que han quedado recogidas cláusulas como las que hemos señalado. El camino emprendido, como tantos otros en nuestra lucha, es largo pero seguiremos avanzando en nuestra actuación.

Entre tanto y, especialmente en estas fechas, también contribuimos a la visibilización de esa realidad afectivo-sexual diversa con nuestra presencia en las celebraciones del Día del Orgullo, carroza incluida y con el izado de banderas arco iris en nuestras sedes. Unos actos sencillos que vienen a simbolizar el compromiso adquirido con aquellos trabajadores y trabajadoras que solo alcanzarán la igualdad de trato cuando todas y todos nos sintamos copartícipes de esa diversidad.