A vueltas con PISA

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Nati-Obregon


Cada tres años, al hacerse públicos los resultados de la evaluación internacional de nuestro alumnado, comienza el llanto y crujir de dientes y nos rasgamos las vestiduras a causa de los supuestos malos resultados (según algunas opiniones, desastrosos) obtenidos por nuestro país.

Por si alguien tiene dudas, el informe PISA (Informe del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes) es una prueba que realiza la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos cada tres años en 65 países del mundo y que mide las destrezas en matemáticas, lectura y ciencias de chicos y chicas de 15 años. Es una prueba similar a las de inteligencia, porque apenas evalúa conocimientos ni la aplicación de estos, sino que la mayoría de los ítems son deducibles, por lo que el currículo escolar no es decisivo. Por tanto, desde mi punto de vista el estilo de enseñanza tiene más peso en esta prueba que los contenidos en sí.

No voy a ofrecer cifras ni comparar datos sobre los últimos resultados: se puede entrar en la página web del Ministerio de Educación y obtener toda la información estadística allí. Me interesa más transmitir algunas ideas que nos puedan ayudar a aclarar en qué situación estamos, por qué y qué podemos hacer.

En líneas generales parece que España está estancada, pues nos situamos en el medio de la tabla (puesto 33). Sería mejor ser un país puntero, pero... Analicemos un par de datos económicos para contextualizar esto. De acuerdo con el señor Google, ocupamos el puesto 30 según nuestra renta per cápita, que está en el 96% de la media de la Unión Europea, y en el año 2012 ocupamos el puesto 36 por crecimiento del producto interior bruto, por debajo de la media europea. Si además vemos que el conjunto del sistema educativo dispone ahora de un 35% menos de recursos que hace diez años y que actualmente hay en las aulas medio millón de alumnos más que en 2009 y unos 20 000 docentes menos, puede que entendamos nuestro estancamiento. Es cierto que hay que tender a mejorar, pero también tenemos que ser realistas a la hora de analizar y comprender los resultados en relación con nuestro contexto.

PISA evalúa al alumnado de 15 años, independientemente del curso en que esté. Esto permite analizar la tasa de idoneidad: el porcentaje de alumnos que están en el curso que les corresponde por edad, 4º de ESO. Este es uno de los puntos más débiles de nuestro país, ya que tenemos un porcentaje alto de alumnos repetidores (en Cantabria, el 30%). Reducir esta tasa debe ser una de nuestras prioridades en educación y para ello se ha de dotar a los centros de los medios materiales y humanos necesarios para apoyar y reforzar a aquellos alumnos que presenten dificultades de aprendizaje. Esta política se había iniciado, pero la crisis y los recortes están acabando con ella o, al menos, frenándola. Si esto sigue así, en el próximo informe probablemente bajaremos posiciones en la tabla. Y cambiar la Ley de Educación no va a mejorar los resultados, porque dicha ley no contempla poner los medios para ello.

El informe dice que existe una relación importante entre la renta per cápita y las puntuaciones obtenidas, que por regla general, a mayor índice socio económico y cultural, los resultados son mejores; que la situación socioeconómica y cultural de las familias influye decisivamente en los resultados del alumnado. Recordemos que España es un país que se ha desarrollado tarde, que en los años setenta todavía tenía un porcentaje elevado de analfabetismo y que está viviendo desde hace años una fuerte crisis económica y social. Como es lógico, estas situaciones influyen negativamente en nuestros estudiantes.

¿Cómo podemos mejorar? En mi humilde opinión, es esencial dotar a los centros del suficiente profesorado de apoyo para hacer efectiva la atención a la diversidad (ayudar a alumnos con dificultades evitará que estos repitan), incentivar la formación continua del profesorado, mejorar la autonomía de los centros e impulsar cambios metodológicos como el aprendizaje en competencias.

Esperemos que dentro de tres años hayamos superado la difícil situación que vive nuestro país y eso haga posible esa mejora de nuestro alumnado en PISA que todos estamos deseando.