Economía

Velas por el futuro de Sniace

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¿Velas de esperanza? Todavía sí ¿Velas de pesar y luto? Los trabajadores de Sniace esperan que no y luchan para que no llegue ese momento. En la medianoche del viernes, los concentrados frente al Ayuntamiento de Torrelavega encendían un centenar de velas y con ellas formaban la palabra Sniace. Durante varias horas esa llamada de atención, ese símbolo de vigilia, permaneció allí, frente al edificio que representa a la administración local y a sus gobernantes, a quienes toman las decisiones políticas, y en el centro de Torrelavega, la ciudad de cuyo tejido industrial, económico y social forma parte Sniace.

A los primeros, a los gobernantes, piden los trabajadores medidas que ayuden a la viabilidad de la empresa; a los segundos, a los ciudadanos, les agradecen el apoyo. Pero hay un tercero fundamental, la propia Sniace; a su dirección y accionistas les exigen un gestión que demuestre que, efectivamente, hay un plan de futuro para la fábrica, y un giro en la actitud que han demostrado desde que empezó el conflicto laboral hace ya seis meses. Especialmente, reclaman a la dirección y a su presidente, Blas Mezquita, un cambio en la postura que están manteniendo en la negociación del expediente de extinción de empleo que ha puesto 364 cruces en la - como tanto gusta decir a los políticos- "hoja de ruta" de la empresa y en la "hoja de vida" de muchas familias.

Unas 150 personas han pernoctado anoche en el Bulevar Demetrio Herrero, como protesta por el anuncio de despidos para el 67% de la plantilla, y para reivindicar medidas que garanticen el futuro de la empresa. Al término de la manifestación de este viernes, ya la decimosexta que recorre las calles de Torrelavega, y en la que participaron alrededor de 3.500 personas, parte de los trabajadores ha iniciado una acampada que ha durado hasta las 10.00 de hoy sábado.

Una treintena de pequeñas tiendas de campaña, varios toldos, muchas sillas y mesas de playa, sacos, esterillas, alguna tumbona y comida y bebida para entretener el estómago y el tiempo. En las primeras horas, numerosas personas han acompañado a los acampados: familiares, amigos, representantes sindicales, algún político y ciudadanos que se han acercado a dar su apoyo a la protesta o que se han detenido al pasar por esa céntrica zona de la ciudad que anoche se había convertido es escenario del conflicto laboral que vive Sniace. Y es que uno de los objetivos de la plantilla con esta acción era precisamente "dar visibilidad" a su lucha, recordar a quienes tienen en su mano hacer algo por cambiar la situación que van a seguir peleando por sus empleos.

Avanzada la noche, las visitas se han ido retirando, los niños han dado el beso de buenas noches a papa, a mamá, o a los abuelos, y en la acampada se han quedado trabajadores de Sniace y algunas personas de las contratas que durante todo este tiempo vienen participando en las movilizaciones, codo a codo, con sus "compañeros". También varios representantes de colectivos que han querido sumarte a la protesta, como la Plataforma de Afectados por las Hipotecas de Torrelavega.

La noche despejada y la agradable temperatura han hecho más llevadera la pernocta, aunque a medida que avanzaban las horas el cansancio y el sueño se dejaban sentir, sobre todo entre los trabajadores de más edad, menos acostumbrados a estas cosas, y algunos buscaban un rincón donde dar alguna cabezada. Bajo los toldos, se mantenían las conversaciones, que inevitablemente cada poco volvían a girar sobre su incierto futuro, y se hacía más evidente la preocupación, que por otra parte siempre está ahí, latente.

La luz del día, tan madrugadora en estas fechas, y la ciudad recuperando el pulso han despertado pronto a los concentrados. De mañana han vuelto a recibir las visitas de familiares y amigos, para traer café, algo de desayuno y acompañarles el en fin de la acampada y ayudarles a recoger tiendas, sillas, neveras, bolsas y los demás rastros de esta protesta que durante 13 horas ha colocado en el centro de Torrelavega el problema que atraviesa Sniace, uno de los pilares industriales de la comarca del Besaya y de su economía.

Los concentrados aprovecharán el fin de semana para recuperar sueño, descansar y prepararse para una nueva etapa de su lucha: la huelga de quince días que arranca este lunes 1 de julio.

¿Velas de esperanza por Sniace? ¿Velas de luto por 364 empleos? Empresa, administraciones y trabajadores lo decidirán las próximas semanas.

FOTOS: Sniace en lucha. Manifestación y acampada (28/06/13)