El 23 de septiembre de 2013 la negociación in extremis se rompía ante el enroque de Sniace en aplicar despidos y el del comité en mantener la plantilla sin bajas traumáticas.Este 22 de septiembre de 2014, un año e innumerables movilizaciones, encierros y reuniones después, sindicatos y dirección han llegado a un preacuerdo, para la reapertura de la fábrica de Torrelavega y la reincorporación de la plantilla, condicionado a la última palabra de administradores concursales y acreedores.
La dirección y el comité han llegado este lunes a un preacuerdo que deberá ser refrendado por los trabajadores en asamblea este miércoles, a las 10.00 horas, y que incluye un convenio de seis años de duración, con tres de congelación salarial y otros tres de subida del IPC y 0,5%, con 8 horas de reducción de jornada en el último. También se mantienen los pluses para el personal de Viscocel, evitando que su recorte económico sea superior al 15% pactado.
El texto mantiene los aspectos ya acordados, como las prejubilaciones para los trabajadores entre los 58 y los 63 años, la creación de una bolsa de trabajo exclusiva durante el convenio para los relevistas que concluyan su contrato, o el establecimiento de un salario social de unos 800 euros para las personas que agoten el desempleo antes de la arrancada de las tres fábricas.
El preacuerdo se alcanzaba este lunes, en la reunión celebrada en Burgos y que se ha prolongado durante cuatro horas y media, con l asistencia del presidente de Sniace, Blas Mezquita, el consejero ejecutivo Miguel Gómez de Liaño, y el asesor laboral Alberto Novoa. A medianoche se celebraba en la fábrica una asamblea en la que el comité explicaba a los asistentes los puntos negociados con la empresa y se fijaba el día y hora para la votación del preacuerdo.
El secretario del comité, Antonio Pérez Portilla, ha explicado que el principal escollo para el acuerdo ha sido la duración del convenio y de la congelación salarial, que inicialmente la empresa pretendía que fuera de diez años, el tiempo del convenio de acreedores.
Finalmente, y tras varias propuestas y contrapropuestas, se ha llegado a un convenio de seis años, con congelación salarial el primero, segundo y cuarto, y subida del IPC y medio puntos el tercero, el quinto y el sexto, en el que también se reducirá en ocho horas la jornada laboral.
La dirección también ha aceptado hoy la petición del comité de respetar los pluses al personal de Viscocel, para evitar que su rebaja salarial «real» fuera mayor de ese 15% pactado para los obreros (17,5% para los mandos intermedios y 20% para los directivos). En lo que no ha transigido Sniace es en las vacaciones, que solo se mantendrán en los términos anteriores para los operarios que continúen en hilaturas y el laboratorio de hileras.
El preacuerdo mantiene las prejubilaciones entre los 58 y los 63 años, con el 80%, y con indemnizaciones de 20 días; también la creación de una bolsa de trabajo exclusiva para los relevistas que han concluido su contrato durante el año transcurrido desde el despido o lo harán antes de la arrancada de las fábricas, y hasta que todos ellos se incorporen como fijos a la plantilla; o el salario social de 800 euros para quienes agoten el desempleo.
Lo que no se ha modificado, y tampoco ha sido discutido por los sindicatos, ha sido la parte «jurídica» del acuerdo, los motivos a los que la empresa atribuye la actual situación, como la reforma energética, ni las menciones al futuro plan de viabilidad.
«Dadas las circunstancias, creemos que no es un mal acuerdo parea los trabajadores», ha valorado Pérez Portilla. «No es un éxito al cien por cien, pero sindicalmente es un buen acuerdo», ha dicho el secretario del comité, recordado que se han conseguido unas prejubilaciones «dignas» y que no se produzcan despidos traumáticos para llegar a la plantilla objetivo de 326 personas que pretende la empresa.
Así, ha recordado que la actualización salarial del IPC más medio punto en tres de los seis años del convenio «es algo que no habíamos conseguido en los últimos» acuerdos laborales antes de la crisis de la empresa. También ha valorado que finalmente se mantengan los pluses de Viscocel.
El comité lo considera un buen acuerdo especialmente si se compara con la última oferta que puso la empresa sobre la mesa antes del despido de septiembre al no aceptar la plantilla la propuesta: 63 «despidos puros y duros», 83 prejubilaciones, «en las que la empresa no ponía un duro y que los administradores concursales hubieran rechazado a los dos días», y la salida también de los 63 relevistas.
Si los trabajadores dan este miércoles el visto bueno al preacuerdo, se presentará en la Audiencia Nacional el recurso a la sentencia que declaraba la legalidad del despido de la plantilla en septiembre, para «mantener vivo el conflicto laboral» y, por tanto, la representación legal del comité. Los sindicatos habían condicionado el presentar el recurso a la existencia de un preacuerdo, cansados de las «tomaduras de pelo» de la empresa.
A partir de ahí, habrá concluido la negociación laboral entre los sindicatos y la dirección, pero empezará otra parte, igualmente complicada, que debe incluir el veredicto de los administradores concursales que desde el año pasado rigen los destinos de la empresa y, a finales de año, la decisión de la Junta de Acreedores de Sniace, en cuyas manos está la continuidad de la factoría.