Sniace obtuvo en el primer trimestre de 2018 una cifra de negocio de 16,8 millones de euros, lo que supone una mejora del 44% respecto al mismo periodo del año anterior. Sin embargo, la compañía registró en ese periodo unas pérdidas de 2,6 millones de euros, que la empresa atribuye a la puesta en marcha de la fábrica de Viscocel y el que la fábrica de Torrelavega no haya alcanzado el cien por cien de su capacidad productiva.
La mejora de los resultados ha sido posible gracias, principalmente, al área de energía, que puso en marcha una segunda turbina, y a la contribución de la nueva línea de fabricación de fibra viscosa, en funcionamiento en diciembre de 2017.
La empresa explica que a lo largo del primer trimestre la línea de producción de viscosa ha venido operando de forma limitada, pero aún está en proceso de alcanzar la calidad objetivo de fabricación. Sniace prevé alcanzar el cien por cien de capacidad productiva del complejo industrial en tres meses, lo que permitirá diluir los costes fijos y generará sinergias entre los negocios de celulosa y fibra viscosa.
De hecho, la integración entre estas áreas, señala la compañía, está detrás de del descenso de la cifra de negocio de celulosa, que ha dejado de vender parte de su producción al terceros para alimentar su línea de viscosa. Este proceso, subraya, es una piedra angular de la estrategia del fabricante cántabro, que aspira a mejorar sus márgenes con productos de fibra viscosa de alto valor añadido.
La reciente Junta de Accionistas de Sniace dio luz verde a un plan estratégico que prevé incrementar en tres años los ingresos por encima de los 100 millones de euros y aprobó acudir a la ampliación de capital de 30 millones de euros propuesta por el presidente de la compañía, Blas Mezquita, para financiar dicho plan, del que depende que la empresa pueda emprender nuevas líneas de negocio y entrar en nuevos mercados. De forma paralela, la compañía prevé aumentar el EBITDA para llevarlo hasta 20 millones de euros en 2020.