La plantilla de Sniace sufren con preocupación los nuevos retrasos en las fechas previstas para la reapertura de la fábrica, mientras agotan las prestaciones por desempleo. Buena parte de los trabajadores han agotado ya su paro y el resto lo hará a lo largo de este mes de julio o principios de agosto. Mientras, la nueva fecha que, de momento, se baraja para reiniciar la actividad es octubre.
Una fecha que sigue pendiente de otros factores, como el paso por el Tribunal Supremo y el levantamiento del concurso de acreedores. El magistrado del Juzgado Número 2 de lo Mercantil no ha levantado el concurso y no se espera que lo haga antes de finales de mes. Eso supone que no estará a tiempo para la fecha del 13 de julio para presentar el acuerdo transaccional –el acuerdo laboral entre empresa y trabajadores- ante el Supremo, a quien compete revocar los despidos de la plantilla y retrotraer la situación a septiembre de 2013.
Los trabajadores han celebrado hoy una asamblea para analizar lo acontecido en la Junta General de Accionistas que se celebraba este martes en Madrid y donde el punto más importante fue la aprobación de una ampliación de capital para la reapertura de la factoría. Las «tensiones» en la cúpula directiva de la empresa y los pulsos entre los accionistas mayoritarios y Blas Mezquita, protagonizaron esa junta de la, aparentemente, el presidente de Sniace salió si no victorioso al menos indemne y conservando su puesto.
El secretario del comité, Antonio Pérez Portilla, ha hablado de la existencia «una operación mucho más amplia que el relevo de Mezquita, a espaldas de los trabajadores y sus representantes». Una operación «que estalló después de las elecciones para que no tuviéramos capacidad de responder durante la campaña» y que ·se les fue de las manos a los que la diseñaron, porque ha habido un cambio de gobierno».
Sin dar más detalles al respecto, Portilla ha dicho que eso indica que la dirección en la que el comité había iniciado las gestiones, hablando con el futuro Gobierno de Cantabria PRC-PSOE para explicar su situación «eran las correctas». Igualmente ha deseado que «las aguas vuelvan a su cauce» en la dirección de Sniace, y ha reiterado la convicción del comité de que, en la situación de la empresa, Mezquita, por su conocimiento de la fábrica y del proceso productivo, es «necesario» para reanudar la actividad.
También han reconocido ante los trabajadores que las luchas internas en la dirección de Sniace, que mantuvieron «apartado» a Blas Mezquita casi un mes, tienen como consecuencia un nuevo retraso en los planes de reapertura, que sufrirán los trabajadores.
El acuerdo laboral con la empresa preveía que una vez reiniciada la actividad de Sniace, los trabajadores que fueran agotando el desempleo percibirían hasta su reincorporación a la fábrica, paulatina dependiendo de las plantas y puestos, un «salario social» de unos 800 euros al mes. El coste de esos salarios sociales estaba incluido en el Plan de Viabilidad presentado por la dirección y aprobado por los administradores concursales.
El comité está pendiente de una reunión con Mezquita para analizar los próximos pasos, entre ellos la cita en el Tribunal Supremo. A este respecto, Portilla ha señalado que no creen que haya problema para que el Supremo posponga la vista para validar el acuerdo laboral hasta posiblemente septiembre, dado el periodo no hábil para la Justicia del mes de agosto.
«Hemos ganado una batalla, no la guerra», ha resumido el secretario del comité y delegado ugetista respecto a la superación de la Junta de Accionistas. En el mismo sentido se han pronunciado los representantes del SU, Mario Villar, y de CCOO, Luis Corrales, que lo han calificado de un «escollo» que debían superar, y han insistido en que se ha salvado una situación «complicada» que pudiera haber acabado con el proyecto de reapertura.