La multinacional Bridgestone ha comenzado la instalación de desfibriladores en su planta de Puente San Miguel, para dotar de cardioprotección a sus empleados y garantizar con estos aparatos una inmediata asistencia a todos sus trabajadores. Bridgestone se convierte así en una de las primeras compañías industriales en contar con esta medida de protección.
Además de la instalación de desfibriladores externos semiautomáticos (DESA) portátiles que permiten devolver el ritmo adecuado al corazón, la plantilla ha recibido formación específica para usarlos, y ante una situación de gravedad, la actuación se coordinará con el 061 y el Servicios de Urgencias de Atención Primaria (SUAP), ha informado hoy la compañía en un comunicado.
En caso de emergencia, el personal trasladará el dispositivo hasta el punto de las instalaciones fabriles en el que se haya producido el paro cardiaco, y en el mismo instante se alerta a los servicios de emergencia para que se desplacen hasta el lugar del incidente.
Según los expertos, cuando se produce una parada cardiaca fuera de un centro sanitario, la intervención inmediata de personas no sanitarias, pero formadas en la práctica de maniobras de resucitación cardiopulmonar (RCP) y en la aplicación de desfibrilación precoz, constituye un eslabón fundamental para mantener la cadena de supervivencia de quienes sufren la parada cardiaca.