Unas 200 personas se han concentrado este domingo en la playa de La Magdalena en protesta por la construcción de dos escolleras en la Bahía de Santander y para exigir la «paralización de las obras de forma inmediata», así como la retirada del primer tramo de espigón que ya está hecho.
A pesar del mal tiempo, la protesta convocada por la Plataforma Salvar La Magdalena, Escolleras Fuera, reunió a dos centenares de personas que se subieron a las piedras ya depositadas en la bahía con una pancarta para mostrar su rechazo a lo que califican de «agresión brutal».
La «supuesta solución» del Ayuntamiento de Santander a la pérdida de arena de esas playas es, a su juicio, una medida «política», sin «ninguna necesidad fundada» y que se ha priorizado sobre estas fórmula medioambiental y visualmente menos impactantes.
Según la plataforma, con los más de dos millones de euros que van a costar la construcción de los dos espigones, «se podrían seguir haciendo aportes de arena anuales durante más de 30 años y de esta forma paliar la pérdida de arena sin acabar con la imagen de Santander».
La plataforma defiende que la Bahía de Santander, y en concreto la playa de La Magdalena, son un «entorno emblemático dentro de la ciudad», que, a pesar de la intervención humana, «conserva un grandísimo valor paisajístico, encanto y atractivo». La construcción de estos dos grandes espigones en este «entorno privilegiado» podría considerarse «un auténtico ecocidio, próximo o constitutivo de delito».
Los espigones, explican, «romperán la visión de la Bahía, separarán las playas en tramos, sepultarán los roquedales, y con ello la vida que alberga, bajo más de 50.000 metros cúbicos de arena».
La recién formada Plataforma Salvar la Magdalena, Escolleras Fuera, ha surgido de una forma espontánea reuniendo a personas muy diversas, agrupadas ante lo que consideran «una agresión brutal a un paisaje de gran valor paisajístico y ambiental».
Por eso, han anunciado en breve nuevas acciones a las que invitan a participar de forma activa a todos los santanderinos «y a todas las personas que sientan el patrimonio paisajístico como algo de todos».