Jue28032024

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¿Ilegitimidad doble? O ¿triple? O …

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UPYDJavierLera

La actual alcaldesa, Lidia Ruiz Salmón, ha perdido las elecciones primarias del PSOE de Torrelavega. Quizás para algunos esto solo signifique que no será la candidata del PSOE a la alcaldía de Torrelavega; en el fondo es mucho más que eso: sus propios compañeros de partido la han castigado por ser cómplice de esa aberración democrática que fue la moción de censura.

Una moción de censura que se demostró que no era más que un cambio de caras. Se fue el (des)gobierno de un Partido Popular sin programa y enfrentado con todos por sus maneras prepotentes y chulescas y vino un bipartido PSOE-PRC que tampoco tenía programa ni ideas para relanzar Torrelavega.

Casi nadie en Torrelavega apoyabamos esa moción de censura, no porque seamos del PP, sino simple y llanamente porque se trataba de una estrategia (dirigida desde Santander) que tenía como fin que unos cuantos políticos ansiosos de poder (y dinero) pillasen una poltrona. ¿Acaso ha cambiado algo la situación desde que el bipartito PSOE-PRC tomase los mandos de la ciudad? Han demostrado que la falta de ideas y el ansia de poder es el denominador común del PP, PSOE y PRC.

Fue en Santander donde se negoció todo, y cuando digo todo me refiero a los cargos (no se negoció más) y decidieron que la próxima alcaldesa debía ser Lidia. Así fue como llegamos a tener una alcaldesa ilegitima: el PSOE no había ganado las elecciones y ni siquiera era la nº 1 en las listas.

Esa moción de censura se cobró varias víctimas: entre las que destaca Blanca Rosa Gomez Morante (expulsada del partido por no seguir las directrices del partido) y José Manuel Cruz Viadero, que decidió dejar su acta como concejal al no estar de acuerdo con la dirección del PSOE.

El domingo, Cruz Viadero le ganó las primarias a Lidia. Quedaba demostrado que nadie, ni siquiera sus propios compañeros de partido, apoyaban a la actual alcaldesa. Dividió al PSOE en Torrelavega y expulsó a quien no estaba de acuerdo. Y el domingo pagó esas maneras antidemocráticas. Es posible que no tenga siquiera la legitimidad para seguir siendo secretaria general del PSOE (es una reflexión que los afiliados de dicho partido deberían realizar). Pero por supuesto: hoy, tiene menos legitimidad que antes de las primarias y eso que antes ya no tenía mucha.

Cuando el pueblo no te apoya y tus compañeros tampoco, ¿qué sentido tiene seguir? Lo más sano y democrático seria que presentase su dimisión. Y ¿por qué no? Que convocase elecciones para que de una vez por todas, los torrelaveguenses podamos decidir quién nos gobierna. Porque debemos ser nosotros los que decidamos quien gobierna nuestra ciudad y no los despachos de Santander.