Economía

Golden Line vuelve a manifestarse frente al Banco Santander para decir “Botín si puede, pero no quiere”

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La plantilla de Golden Line se ha vuelto a manifestar hoy frente a la sede del Banco Santander, en la capital cántabra, para pedir la intervención de su presidente, Emilio Botín, en el conflicto que ha provocado la empresa Konecta, de la que es accionista mayoritaria la entidad financiera, al decidir el cierre del call center de Torrelavega y el traslado de sus 150 trabajadores a Valladolid. Los manifestantes, con sus camisetas fluorescentes, han exhibido pancartas y carteles en los que podía leerse "Botín si puede, pero no quiere" o "Konecta vende, Botín no nos defiende".

A la concentración han asistido también representantes del comité de empresa de Konecta en Valladolid, donde los trabajadores apoyan a sus compañeros de Torrelavega con paros de 15 minutos, coincidiendo con los que hoy se han iniciado en la sede cántabra. Konecta ha asumido el servicio de atención telefónica que hasta ahora prestaba Golden Line para Vodafone, y a partir del 1 de octubre debe subrogar a la plantilla.

El comité de empresa de Golden Line ha convocado este lunes un paro de 10.00 a 14.30 horas, que ha sido secundado por el 95% de la plantilla, ya que sólo 8 de los 150 trabajadores no han seguido la protesta. Los operarios se han desplazado a Santander y durante una hora han estado frente a la entidad bancaria que, creen, puede intervenir y hacer que Konecta rectifique la decisión de cerrar su sede de Torrelavega y trasladar a la plantilla a Valladolid a partir del 1 de octubre.

El delegado de CCOO, Román Benito, ha explicado a HoyTorrelavega que la plantilla de Golden Line tiene previsto continuar las movilizaciones, con nuevas acciones de protesta que se concretarán en los próximos días. Mientras, los representantes sindicales están trabajando en la presentación de la demanda colectiva de conflicto laboral y la petición judicial para que se proceda a la paralización cautelar del cierre del call center torrelaveguense y del traslado.

La empresa dio el pasado jueves por cerrado el periodo de consultas, sin aceptar la petición del comité de empresa de ampliar el plazo de conversaciones, tampoco de mejorar las condiciones del traslado para aquellos trabajadores que decidieran desplazarse a Valladolid, ni tan siquiera dar garantías de mantenimiento del empleo a quienes aceptaran marchar a la sede central de la empresa. El comité ha denunciado que sin acabar la reunión y antes de firmar las actas del fin de la negociación, los representantes de Konecta ya estaban firmando las comunicaciones de traslado a la plantilla.

Los trabajadores insisten que esto no viene sino a reafirmar lo que han mantenido desde un primer momento, que se trata de un "despido encubierto", sabedora la empresa que con sueldos medios de 900 euros y, con buena parte de la plantilla con cargas familiares, es "inviable" el traslado a Valladolid.